La capital de Campeche es una de las ciudades menos exploradas por quienes visitan la Península de Yucatán.
Y ese es un error que hay que corregir lo antes posible.
San Francisco de Campeche no sólo es una de las capitales estatales más antiguas del país —fue fundada en 1540, aunque antes de eso ya era lugar de importantes ciudades de la cultura maya—, también es de las pocas ciudades amuralladas que hay en América Latina —es bien sabido que los campechanos tuvieron que protegerse contra los ataques de los piratas durante el siglo XVII—, lo que hizo que la UNESCO la nombrara Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1999.
Para descubrir sus secretos se requieren varios días de inversión en ella. «Puede ser que dos días te ayuden a tener un panorama de la ciudad y sus alrededores, aunque lo recomendable es pasar de 7 a 8 días en todo el estado para tener una mejor idea de lo que éste ofrece, aún así sería una vista muy general», asegura Wiberth Salas Pech, guía de turistas certificado de la Secretaría de Turismo de Campeche.
Claro que si tienes sólo dos días, esto es lo que tienes que hacer:
Día uno
Por la mañana
Hospédate y desayuna en el hotel Hacienda Puerta Campeche, donde ofrecen productos locales de origen orgánico. Ponte ropa ligera, protector solar y un sombrero (agradecerás este consejo al mediodía).
Inicia tu recorrido en el Parque Principal (todo mundo sabrá decirte cómo llegar) y comienza explorando interiores. Esta es una recomendación que hacen los campechanos para evitar un poco los momentos más calurosos del día.
Alrededor de este punto te encontrarás con la Catedral, el Centro Cultural El Palacio —inaugurado apenas el año pasado con el objetivo de narrar la identidad de la ciudad—, el Centro Cultural Casa 6 —gracias a su mobiliario, ideal para quienes quieran tener una idea de cómo era vivir en Campeche en el siglo XIX— y, a un par de cuadras del parque, la Mansión Carvajal, muestra de la arquitectura con influencia árabe que llegó a México en el siglo XVII y donde alguna vez habitó Fernando Carvajal Estrada, uno de los hacendados más ricos que hubo en la historia de la región.
Hora de comer.
Refréscate con una cerveza en la cantina Salón Rincón Colonial y pide una ensalada de mariscos. No comas mucho porque la cena será exigente.
Por la tarde
Camina por toda la calle 59. Es peatonal. Cruza la ciudad de puerta a puerta de la muralla (saliendo de la cantina empezarás por la Puerta de Tierra y terminarás en la Puerta del mar. Encontrarás toda clase de tiendas, cafés y restaurantes para que los consideres en tu segundo día. Pasa por un café a Chocol Ha y aprovecha para comprar algunos productos gourmet locales como chiles habaneros o chocolate.
Ve al Fuerte San Miguel, tendrás sólo una hora y media para recorrerlo. Visitarlo es lo mejor que puedes hacer para apreciar las construcciones que protegieron a la ciudad durante el siglo XIX. Además del fuerte en sí mismo, puedes ver algo de arqueología maya proveniente de ciudades como Calakmul.
Por la noche
Si es viernes, sábado o domingo, aprovecha para ir a ver el espectáculo multimedia que se presenta de manera gratuita en el Parque Principal. Por medio de música e imágenes, se narra la historia del estado en una proyección sobre el Centro Cultural El Palacio. La tecnología y la calidad de los visuales es asombrosa.
Hora de cenar
Cena en una de las cenadurías ubicadas en los arcos del barrio de Campeche. Son el mejor lugar para encontrar platos típicos como pibi pollo (masa con maíz molido, manteca de cerdo, sal, carne de pollo y cerdo molidas, tomate y epazote), tamales, panuchos, tortas de jamón claveteado y merienda campechana (también llamada merienda de negros, se prepara con “sobras” de pibi pollo y frijoles). Acompaña todo con agua de marañón o de piña con chaya.
Día dos
Por la mañana
Prepara una backpack con protector solar, gafas, sombrero, binoculares, repelente de mosquitos y, por supuesto, una buena cámara.
Inicia tu camino hacia la zona arqueológica de Edzná, ciudad maya con 2 mil años de historia. Es uno de los sitios que más revelaciones le han dado al mundo sobre la vida de los mayas. Aunque puedes hacer el recorrido a solas, asegúrate de ir con un guía que pueda explicarte las funciones de las edificaciones y de las piezas que se presentan al inicio del recorrido (estelas de piedra que narran las historias de los reyes mayas).
Por la tarde
Has una escala refrescante en la Hacienda Uayamon, que encontrarás de regreso de Edzná hacia la ciudad. Ahora, hotel de lujo, fue construida en el año 1700 para trabajar el henequén. Aprovecha su restaurante para pedir un coctel y una botana del día (casi todo lo que hay en el menú lo extraen de lo que se cosecha en sus jardines) para que el camino de regreso a la ciudad sea más ligero.
Hora de comer
Come en el Faro del Morro, donde tendrás una maravillosa vista al mar. Pide los papadzules de jaiba, son deliciosos.
Por la noche
Sal a caminar por la 59 y luego ve hacia el Parque Principal. Ahí podrás encontrarte con uno de los restaurantes clásicos de Campeche: El Bastión. La crema de chaya es una delicia. También hay poc chuc, pechuga de pollo rellena de cochinita pibil y chile relleno de cazón, entre otras delicias campechanas.