Conforme pasa el día
Bahía de San Carlos, en el
estado de Sonora, nos ofrece un caleidoscopio de bellas imágenes que se quedan en la memoria por siempre. Es un destino que parece haber sido creado para fascinar a los visitantes, tanto por sus bellos paisajes naturales como por la cordialidad de los lugareños. Por supuesto,
Bahía de San Carlos es excelente para tomar fotografías panorámicas y para desarrollar actividades ecoturísticas.
Un impresionante firmamento estrellado, el vasto horizonte del mar, altas montañas y los brillantes rayos del sol se combinan en
Bahía de San Carlos ofreciendo un espectáculo visual único y creando uno de los ambientes turísticos más atractivos de
Sonora.
San Carlos en
Nuevo Guaymas es uno de los centros turísticos con mayor potencial en el norte del territorio nacional. Se ubica a 20 kilómetros de la ciudad de
Guaymas, a unos 138 de
Hermosillo y a 127 de
Ciudad Obregón.
San Carlos fue un escenario donde se presentó el peregrinar de los indígenas yaquis, seris y guaymas que hallaban refugio en el cerro Tetakawi, que quiere decir “tetas de cabra”. Tiene 200 metros de altura y desde su cima se obtiene un privilegiado panorama de la zona, especialmente de la vasta bahía.
San Carlos ofrece a los visitantes playas de arena tersa y clara, humedecidas por el oleaje del Mar de Cortés. El entorno de
San Carlos tiene una vegetación desértica abundante, una marina natural y una infraestructura vacacional de excelente nivel.
Imposible no recomendar la vasta playa de
San Francisco, por su oleaje apacible, la playa de
Piedras Pintas, con su exuberante ambiente natural y
playa de los Algodones nombrada de esa manera por la caprichosa forma que adoptan las dunas arenosas, tan evocadoras de motas de algodón. Sin sitios magníficos para el esparcimiento y para tomar el sol. En las playas de
Bahía de San Carlos se puede practicar el buceo, el kayak, el esnórquel y los recorridos en lancha.
También amerita mencionarse el
Cañón de Barajitas, a unos 27 kilómetros al norte de
San Carlos. Estaba considerado un sitio sagrado para los indígenas seris. Es un formidable espacio virgen que atesora tres ecosistemas diferentes y al cual sólo se puede acceder desde el mar. Allí se pueden conocer las principales especies de flora y fauna de la región, enigmáticas cuevas y el interesante árbol de nacapule. El cercano Estero del Soldado es excelente para explorar sus aguas navegando en kayak y en lancha de remos.
En
Bahía de San Carlos la naturaleza se armoniza a la perfección con la infraestructura turística local y principalmente con los deportes náuticos. La rica biodiversidad local la transforman en un magnífico sitio para practicar la pesca y el buceo. Tiene dos marinas del máximo nivel, con capacidad para albergar más de 700 navíos.
Para los viajeros que prefieran descansar y divertirse en Tierra pueden divertirse practicando el golf en el Country Club, realizar excursiones de cacería en zonas cinegéticas, observar espectáculos con mamíferos marinos en el delfinario Sonora y la Granja de Perlas, un sitio único a nivel continental. Cabe mencionar que las perlas del Mar de Cortés son de las más valoradas en el mundo por su notable colorido y gran calidad.
Quienes quieran obtener hermosas fotografías, el Mirador Panorámico cuenta con una magnífica vista de los impactantes ocasos, cuando los cerros ostentan una tonalidad cobriza y los rayos del sol crean hermosos efectos en el firmamento. También se debe mencionar que a sólo media hora de San Carlos, a apenas 20 metros de profundidad, se encuentra el barco atunero Albatun y los restos del barco Presidente Díaz Ordaz. Se trata de excelentes pecios para practicar el buceo.
El clima es seco cálido con una temperatura media anual de 24° C.