Consejos para resistir un vuelo largo y agotador

Para numerosos pasajeros, un vuelo de más de ocho horas de duración en la clase más económica es casi una garantía de sufrimiento, pero con tal de visitar lugares lejanos, vale la pena el esfuerzo.



Cuando los recursos financieros no nos permiten estirar las piernas y degustar una copa de champagne en primera clase, lo más aconsejable es conseguir recursos para tener un vuelo sumamente cómodo.



Por ejemplo, una vez que se ha superado el filtro de seguridad, hay que comprar una botella de agua para fines de hidratación durante todo el vuelo. También conviene vestir prendas cómodas, sin ajustados elásticos en la cintura o los brazos. También se deben evitar los tacones, cinturones, pulseras y collares.



No hay que olvidar la almohada o cuellera para viajeros, un buen antifaz y calcetas flojas y suaves. También es preciso cambiar los lentes de contacto por unos de armazón. Los primeros tienden a secarse por el aire de la cabina y por ello es aconsejable llevar gotas para los ojos.



Para aquellas personas que concilian el sueño con gran dificultad, si no están en su cama, es aconsejable que consulten a su médico, aunque la melatonina en comprimidos puede ser provechosa.


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