Birmania

Ngapali Beach

Thandwe es una ciudad que se encuentra en el estado de Rakhine, hacia el occidente, en las costas centrales de Birmania.

Esta población es reconocida por ser un importante puerto del país, además de tener unos paisajes espectaculares como son las montañas que se encuentran desde el interior y llegan hasta la playa, que es su mayor atractivo entre los visitantes extranjeros.

La playa local es llamada Ngapali y es considerada una de las más hermosas de todo el país, en especial por lo azul de sus aguas que contrasta con el dorado de sus arenas y el verde de la naturaleza de sus alrededores. Esta playa se extiende de una forma muy hermosa sobre la Bahía de Bengala por más de tres kilómetros, que en su mayoría tienen sendos árboles de palma que complementan maravillosamente el paisaje local.

En el Golfo de Bengala, en la costa occidental de Myanmar y a menos de una hora de vuelo desde Yangón, existen aún paraísos naturales escondidos de belleza apabullante. Ngapali Beach, situada en el estado de Rakhine, ofrece todo lo que sueña el viajero deseoso de unos días de relax: clima ideal, soledad, confort, palmeras, buena gastronomía, agua cristalina y una reconfortante brisa con olor a salitre, flores y madera. Si tu sueño es viajar a Myanmar, recuerda que en Ngapali encontrarás un paraíso tropical en pleno Sudeste Asiático.

A un lado la vegetación, palmerales excelsos y frondosos que escoltan los tres kilómetros de playa de blanca y fina; al otro, el mar color turquesa del Golfo de Bengala que riega las costas de Myanmar bajo el resonante nombre de Mar de Andamán, otrora una de las zonas comerciales más activas y productivas del mundo conocido. Estamos en Ngapali Beach, una de las playas más populares de Myanmar, asombrados aún por la escasa afluencia de turistas. Es nuestra primera visita, y temíamos encontrarnos con una nueva Kuta o una copia de Koh Samui, dos playas tailandesas ciertamente hermosas, incluso de belleza casi inexpresable, pero usualmente abarrotadas de turistas y visitantes y donde resulta difícil disfrutar de un momento de auténtica tranquilidad. Pero nada más lejos: en Ngapali hay todavía pocos turistas, un número razonable de hoteles y tranquilidad, mucha tranquilidad para pasar unos días de auténtico relax en un marco simplemente paradisíaco que, además, cuenta con uno de los mejores caladeros de marisco del mundo (¡No dejéis de probar las langostas!).

Hasta Ngapali se puede llegar en avión en un vuelo que toma un poco más de cuarenta minutos desde la antigua capital birmana, Yangon, aunque también se puede volar desde otras ciudades como Nyaung Oo o Heho. Desde allí también se puede ir en automóvil particular, en un recorrido que toma unas catorce horas, pero en el que se pueden ver unos grandiosos paisajes como los de la cadena montañosa de Rakhine Yoma.

La mejor época para visitar esta población y su hermosa playa es entre los meses de octubre y mayo, cuando el clima es el más apropiado y los paisajes se encuentran en su máximo esplendor. Se dice que allí se puede probar alguna de la mejor comida de todo el país, así que los visitantes no se pueden ir sin probarla, así como sin visitar a pie o en bicicleta los tesoros naturales de los alrededores y hasta tomando un viaje en bote hasta las islas cercanas.

Aunque no se trata de una playa excesivamente larga, Ngapali tiene casi tres kilómetros de arenas finas e impolutas, enmarcadas en una vegetación exuberante y un mar cristalino de colores verdosos que recuerda a las lejanas playas del Caribe y que anima al viajero a dar largos paseos por la costa y al disfrute de las puestas de sol, verdadero placer de este amable paraje cuya lejanía y mala comunicación lo han mantenido a salvo de la masiva afluencia de turoperadores y de las inevitables caravanas de chinos y rusos que abarrotan otros países del Sudeste Asiático. Aquí, en las costas paradisíacas de la antigua Birmania, todavía es posible jugar a la soledad que asociamos con los confines del mundo, caminar en silencio por una playa que se ilumina y oscurece con los ciclos naturales, sin apenas neones o reclamos, y donde las estrellas reflejan su brillo sobre las aguas tranquilas de la bahía. La construcción del aeropuerto de Thandwe, a unos veinte kilómetros de la playa (apenas 40 minutos de vuelo desde Yangón), ha facilitado el acceso a Ngapali y aumentado el número de visitantes.

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