Uxmal la Gran Pirámide

Visitar una zona arqueológica como Uxmal va más allá de la belleza y la importancia histórica, pues también permite hacer un recorrido por la impactante selva campechana, que domina el paisaje desde Mérida.

Un recorrido casi recto que recuerda que la península yucateca es la zona con menos elevaciones del país.

Al llegar a Uxmal, los carteles anuncian que el lugar es parte del Patrimonio de la Humanidad. Entrar a Uxmal es como entrar a un mundo concebido hace mil años, una de las últimas ciudades de los antiguos mayas, que sucumbió en el año 1100 por una invasión tolteca proveniente del centro de México.

La Pirámide del Adivino es lo primero que se ve; con sus 35 metros supera los árboles más altos de la selva y desde su altura domina los alrededores. Al rodear esta pirámide surge un laberinto de pasillos estrechos, que desemboca a una plaza con columnas.

Hay que detenerse a admirar la increíble geometría del lugar, llena de grecas, decoraciones de animales, representaciones de la lluvia y de la vegetación talladas con gran expresividad en piedra. A este estilo arquitectónico maya se le conoce como Puuc.

El recorrido sigue por una cancha de juego de pelota y llega a un arco que da acceso a la imponente explanada Cuadrángulo de las Monjas, un conjunto de templos y edificios de gran belleza.

Después de una larga caminata, se llega a la Gran Pirámide desde donde se puede ver una vista de toda la selva. Todo alrededor es verde y majestuoso. Si una ciudad tan perfecta sucumbió al tiempo, no puedo imaginar qué le sucederá a las nuestras...
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