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Maratea

Imagen de Maratea

Maratea

Situada en un emplazamiento panorámico, sobre uno de los más bellos tramos del golfo de Policastro, surge Maratea, magnífica localidad turística en la región de Basilicata.



En lo alto del Monte Biagio, la ciudad se asoma a un magnífico mar Tirreno y es un destino apreciado por todos aquellos que buscan disfrutar de unas vacaciones de mar, relax, cultura y sabor italiano.

Lo que hay que ver
En el núcleo del antiguo casco histórico de Maratea, se conservan restos del período medieval en sus estrechas callejuelas e importantes edificios, testimonios artísticos y arquitectónicos.

Maratea es conocida también como la ciudad de las 44 iglesias, por el gran número de edificios religiosos, capillas, monasterios, grutas y ermitas diseminadas por todo el territorio, todas ellos enriquecidas con espléndidas obras de arte y merecedoras de una visita. Comenzando por la Iglesia de San Vito, del siglo XI, una de las más antiguas; la Basílica de San Biagio, dedicada al patrón, se sitúa en lo alto de del Monte Biagio, donde surgen los restos de la antigua Maratea. Hay que visitar también la Iglesia de la Inmaculada, adornada con preciosos frescos, la Iglesia de la Anunciada, la Iglesia de Santa María la Mayor y la Iglesia de la Virgen de los Olivos.

Es de gran interés la gruta del Ángel, escondida en un claro del Monte San Biagio y considerada por muchos la morada de un eremita, para Maratea ha sido el primer lugar de culto cristiano del territorio.

Lo que hay que hacer
Playas en medio de promontorios, aguas cristalinas y una vegetación exuberante contribuyen a un relax total.

Toda la zona tiene un gran valor desde el punto de vista natural: desde el litoral cubierto de vegetación mediterránea en el que pasear y disfrutar de una naturaleza espléndida, hasta la costa en la que irregulares promontorios se alternan con pequeñas calas de arena finísima donde gozar de un mar maravilloso.

Justamente son las playas una de las características más valoradas por los turistas: hay muchas a las que se puede acceder sólo desde el mar, aisladas e inmersas en una naturaleza salvaje, otras son perfectamente accesibles y equipadas, dirigidas al turista que busca la tranquilidad sin renunciar a la comodidad.

Maratea tiene mucho que ofrecer también a los amantes del submarinismo: estupendos y vírgenes fondos marinos en los que vive una extraordinaria variedad de fauna.

Lo que no hay que perderse
Una experiencia única es el ascenso al Monte San Biagio para disfrutar de uno de los espectáculos más bellos, además de símbolo de Maratea: la estatua del Cristo Redentor que domina toda la ciudad desde lo alto.
El segundo más grande del mundo después del de Río de Janeiro, mide más de 22 metros, la imponente estatua surge a 650 metros de altura en un belvedere desde el que se goza de una vista panorámica de la costa que no hay que perderse.

Reservar un día para visitar el Parque Nacional del Pollino y algunos de los característicos pueblecitos del interior o llegar hasta el Parque Nacional del Cilento y del Valle del Diano, Patrimonio Unesco, son otras de las actividades que se recomiendan.

No sólo es importante la magnífica costa de Basilicata, quien llega a Maratea, puede también pasar algunos días en una de las bellas localidades de la costa calabresa del Tirreno, como por ejemplo Tropea.

Además de por la amplitud de su mar, Maratea es famosa por las salchichas aquí producidas, que no hay que dejar de probar. De gran calidad, se pueden tomar frescas, curadas o conservadas en aceite o manteca.