Chile crea la reserva marina más grande de las Américas
El lunes 5 de octubre, el gobierno chileno anunció que ha creado la reserva marina más grande de las Américas al proteger un área casi del tamaño de Italia, localizada a varios cientos de kilómetros de su litoral.
La nueva zona, llamada Parque Marino Nazca-Desventuradas, constituye cerca de ocho por ciento de las áreas oceánicas mundiales donde están prohibidas la pesca y otras actividades extractivas, informa Russell Moffitt, analista de conservación del Instituto de Conservación Marina de Seattle, Washington.
Con forma de Pac-Man, el área marina protegida (AMP) abarca alrededor de 297 000 kilómetros de las aguas que circundan las islas San Ambrosio y San Félix conocidas, conjuntamente, como Islas Desventuradas, parte de la cordillera submarina de Nazca que se extiende del suroeste de Perú hasta la Isla de Pascua.
Antes de la creación del nuevo parque, dichas islas fueron objeto de pesca moderada, sobre todo de pez espada, dice Alan Friedlander, director científico del proyecto Pristine Seas de la Sociedad National Geographic, iniciativa que formó una sociedad con Oceana para promover la designación de la nueva AMP.
La captura de pez espada en las inmediaciones de las Desventuradas representaba alrededor de 0.5 por ciento de la pesca total chilena de dicha especie.
La pesca continuará en una zona no protegida con forma de cuña, la cual confiere su distintiva forma a la nueva AMP, explica Alex Muñoz, vicepresidente de Oceana, Chile. Así mismo, una pequeña pesquería de langosta –certificada como sustentable por la organización internacional Consejo de Administración del Mar- seguirá operando en una reducida zona fuera de la reserva.
La razón principal de que los grupos presionaran por la nueva AMP fue para proteger un ecosistema intacto, informa Friedlander. Y eso es fundamental, porque el estudio de ecosistemas prístinos permite que los científicos tengan una idea clara del funcionamiento adecuado de las comunidades marinas.
Protegen una abundancia de vida
Las Desventuradas se localizan en un ambiente oceánico único y albergan una mezcla de especies tropicales y de aguas templadas.
Debido a su aislamiento del territorio continental –el acceso desde la costa chilena requiere de un viaje de dos días en barco-, gran parte de la vida marina de las islas es endémica; es decir, no existe en ninguna otra parte del mundo, dice el ecólogo marino Enric Sala. Dichas especies incluyen al lobo fino de Juan Fernández, el pez papel de lija chileno y el jurel de Juan Fernández.
Casi 72 por ciento de la fauna marina de las Desventuradas y la cadena de islas que componen el archipiélago Juan Fernández –situado unos 750 kilómetros al sur- es endémica, enfatiza Sala, explorador residente de National Geographic que dirige el proyecto Pristine Seas, cuya finalidad es proteger los últimos rincones salvajes del mar.
La noticia triplica las aguas litorales chilenas que se encuentran bajo las más estrictas protecciones.
“Desde hace años, Chile ha sido uno de los países pesqueros más importantes del mundo”, explica Muñoz.
“Por desgracia, eso ha mermado nuestros recursos marinos”, prosigue. “Al crear este parque marino en las Desventuradas, nos convertimos también en líderes en conservación marina”.
Un paso a la vez
Moffitt, quien no participó en el proyecto de las Desventuradas, opina que en vez de cerrar el acceso a las áreas más distantes del litoral, sería urgente proteger las aguas más próximas a la costa, fuertemente impactadas por la pesca o la contaminación.
“La tendencia ha consistido en proteger grandes AMP y extensas reservas situadas lejos de la costa y de los grandes centros poblacionales, casi siempre de poco interés pesquero”, dice. De cierta manera, los AMP aislados son objetivos fáciles de lograr, apunta.
“Lo que necesitamos es crear una cartera de reservas marinas más diversa”, enfatiza.
Tanto Salas como Muñoz concuerdan en que las aguas costeras también necesitan protección, mas las áreas como Desventuradas están expuestas a amenazas como las flotas pesqueras de larga distancia y el arrastre de fondo.
Y protegerlas antes que sean degradadas no solo es científicamente valioso, sino rentable, apunta Friedlander.
La armada chilena mantiene una pequeña presencia en la isla de San Félix y ayudará a que se cumpla la prohibición de pesca, señala Muñoz.
“[La armada] asegurará la integridad del parque”, dice Sala. “Será un jugador muy, muy importante”.
Los países de todo el mundo tienen mucho trabajo por delante para cumplir el objetivo ONU de proteger 10 por ciento de los océanos globales para 2020. No obstante, Moffitt considera que el parque de las Desventuradas es un paso en la dirección correcta y Muñoz dice que tiene puesta la mira en la protección de otra área del archipiélago Juan Fernández.
También el lunes, el gobierno chileno y la comunidad Rapa Nui se comprometieron a iniciar negociaciones para crear un área marina protegida alrededor de la Isla de Pascua, la cual abarcará cerca de 720,000 kilómetros cuadrados.
Además, Estados Unidos anunció dos nuevos santuarios marinos. Uno de 2 300 kilómetros cuadrados en el lado oeste del lago Michigan, frente a la costa de Wisconsin, que se extiende desde Port Washington hasta Two Rivers y contiene 39 naufragios, de los cuales 15 están incluidos en el Registro Nacional de Sitios Históricos. El segundo santuario es un sector de 36 kilómetros cuadrados del río Mallows Bay-Potomac (mapa), en Maryland. Es un área eminentemente subdesarrollada que contiene casi 200 naufragios, incluida una flota de buques de vapor de madera que datan de la Primera Guerra Mundial.
Por su parte, el gobierno cubano anunció que está negociando con Estados Unidos para establecer áreas marinas protegidas hermanas. El lado estadounidense incluiría los Santuarios Marinos Nacionales de los Cayos de Florida y Flower Garden Banks en el Golfo de México, así como los Parques Nacionales Tortugas Secas y Biscayne. El lado cubano incluirá el Parque Nacional Guanahacabibes (mapa), en el extremo occidental de la isla. El acuerdo serviría para coordinar esfuerzos de administración, investigación y educación entre las dos áreas.
Por último, la semana pasada, Nueva Zelanda anunció la formación de una reserva de 620 000 kilómetros cuadrados en la región de Kermadec, que incluye una cadena de islas y volcanes submarinos situada 1 000 kilómetros al noreste de la Isla Norte de Nueva Zelanda.