9 cosas que no sé hacer cuando viajo
"La ignorancia puede ser curada, pero la estupidez es eterna" Matt Arson
Pues así me siento yo con respecto a ciertas cosas que soy incapaz de hacer o dejar de hacer cuando viajo. He perdido toda esperanza en que se cure mi ignorancia por lo que me declaro eternamente estúpida.
Gracias a la nominación de Mundo Turístico me he parado a pensar en aquellas cosas que no sé hacer cuando viajo y me he asustado de la cantidad que se me han venido a la cabeza. Algunas ya van mejorando y otras empiezo a resignarme que nunca cambiarán.
Leyendo la entrada de cosas que Irene confesaba que no sabía hacer se me dibujó más de una sonrisa por que me sentía bastante identificada en algunas de sus confesiones, cosa que en cierto modo me tranquilizó ya que pensé "uf menos mal que no sólo me pasa a mí" Después de su nominación leí algún que otro blog sobre las 9 cosas que otros viajeros no saben hacer de las cuales en algunas también coincido, pero como tengo taaantas esta lectura me ayudó a seleccionar aquellas de las que os hablo hoy.
1. SIN MI MAPA NO SOY NADIE
Da igual si llevo planificado el viaje al dedillo, con mil anotaciones o si mi acompañante es mi guía, NECESITO un mapa. Y no me conformo con un mapa cualquiera no, necesito el de la ciudad o pueblo en cuestión con sus calles perfectamente identificadas así como sus lugares de interés (como dicen en las oficinas de turismo) o los "guiri points" (como digo yo) Y si el viaje es en coche por supuesto un mapa de carreteras con todos sus pueblecitos.
En ocasiones todos llevamos mapas y los necesitamos, pero lo mío, creerme, es obsesión ya que NO TODO MAPA vale.
2. EVITAR COMPRAR UN SOUVENIR
Aunque no soy muy dada a comprar regalos por varias razones muy sencillas como la economía o la falta de espacio en la maleta entre otras, no puedo evitar comprar, aunque sea para mí, un recuerdo del lugar.
Con la era de la fotografía digital he dejado la compra de postales y el no tener tantas llaves para usar los llaveros también ha hecho que pare de comprar este artículo, pero a imanes y ahora a las modernas bolsas de tela no hay quien me pare.
3. NO SIN MI PARAGUAS
Aunque la previsión del tiempo sea un sol radiante (de hecho creo haber llevado paraguas a Sevilla en septiembre a 30º) no puedo hacer la maleta sin meter el paraguas aunque no salga de ahí en todo el viaje. Pero es que a mi pasado viajero me remito, por alguna extraña razón, seguramente sobrenatural hacia mi persona, siempre me llueve y aunque ya no me enfada prefiero poder seguir la ruta con algo más de comodidad, si es que no me dejo en el hotel el paraguas, NO, no tengo remedio.
4. IDENTIFICAR LOS RUIDOS DEL AVIÓN COMO NORMAL
"Que miedo me da el avión" le digo a mi madre antes de salir de viaje "pues quien lo diría hija mía, mucho miedo no te dará" dice ella. Y por suerte mi amor por los viajes es mayor a mi miedo a volar. Pero es cierto que no hay manera de evitar que cada ruidito del dichoso aparato me haga sobresaltarme, miro a la tripulación (l@s azafat@s) y si ellos parecen tranquilos yo también. A estos sobresaltos ante cualquier movimiento o ruido se une el hecho que no me quito el cinturón diga lo que diga la luz de la cabina aunque tengo que decir que cada vez aguanto más tiempo con cinturón desabrochado (si lo indica la señal luminosa)
5. DORMIR
Y no me refiero a la noche antes por los nervios como les pasa otros viajeros, si no que no hay manera de dormir durante el viaje, da igual si es en avión, coche o tren, me cuesta HORRORES dormir, no se donde poner la cabeza, como poner los brazos, la chaqueta a modo de almohada, de pronto tengo frío, de pronto calor... Da igual que me den manta, antifaz o me canten una nana...Aunque ultimamente consigo dar alguna cabezada por puro agotamiento ¿será la edad?
6. HACER LA MALETA
De hecho escribí un post sobre este tema. Ahora me sobra espacio, ahora me falta, esto es imprescindible (como el paraguas) esto no lo es... antes de salir de viaje hago y deshago la maleta como unas 15 veces y aun así, luego nunca recuerdo lo que finalmente metí en ella.
7. NO TOMAR UN COCKTAIL
Aunque soy fiel a la cerveza y allí donde voy he de probar una (o dos) desde hace unos años también me está pasando que en aquella ciudad que visito siempre hay un momento Cocktail, da igual si es en una playa cubana dentro de un coco, en el bar más moderno de Nueva York o en una terraza en Roma, el caso que ya no sé abandonar una ciudad sin probar uno (o dos)
8. ¿PARA QUÉ LLEVAR BOLI Y PAPEL?
Pues eso digo yo si todo lo apunto en el smartphone, pues no aprendo a ir de viaje sin papel ni bolígrafo.
9. RECRODAR LO QUE COMO
Me encanta comer las cosas típicas de allí donde voy pero en ocasiones (casi siempre) a mi memoria le cuesta aprender de qué está hecho aquello que tengo en el plato, o lo apunto en el momento (en mi smartphone y no el papel) o imposible recordar su nombre o sus ingredientes.
Pues así me siento yo con respecto a ciertas cosas que soy incapaz de hacer o dejar de hacer cuando viajo. He perdido toda esperanza en que se cure mi ignorancia por lo que me declaro eternamente estúpida.
Gracias a la nominación de Mundo Turístico me he parado a pensar en aquellas cosas que no sé hacer cuando viajo y me he asustado de la cantidad que se me han venido a la cabeza. Algunas ya van mejorando y otras empiezo a resignarme que nunca cambiarán.
Leyendo la entrada de cosas que Irene confesaba que no sabía hacer se me dibujó más de una sonrisa por que me sentía bastante identificada en algunas de sus confesiones, cosa que en cierto modo me tranquilizó ya que pensé "uf menos mal que no sólo me pasa a mí" Después de su nominación leí algún que otro blog sobre las 9 cosas que otros viajeros no saben hacer de las cuales en algunas también coincido, pero como tengo taaantas esta lectura me ayudó a seleccionar aquellas de las que os hablo hoy.
1. SIN MI MAPA NO SOY NADIE
Da igual si llevo planificado el viaje al dedillo, con mil anotaciones o si mi acompañante es mi guía, NECESITO un mapa. Y no me conformo con un mapa cualquiera no, necesito el de la ciudad o pueblo en cuestión con sus calles perfectamente identificadas así como sus lugares de interés (como dicen en las oficinas de turismo) o los "guiri points" (como digo yo) Y si el viaje es en coche por supuesto un mapa de carreteras con todos sus pueblecitos.
En ocasiones todos llevamos mapas y los necesitamos, pero lo mío, creerme, es obsesión ya que NO TODO MAPA vale.
2. EVITAR COMPRAR UN SOUVENIR
Aunque no soy muy dada a comprar regalos por varias razones muy sencillas como la economía o la falta de espacio en la maleta entre otras, no puedo evitar comprar, aunque sea para mí, un recuerdo del lugar.
Con la era de la fotografía digital he dejado la compra de postales y el no tener tantas llaves para usar los llaveros también ha hecho que pare de comprar este artículo, pero a imanes y ahora a las modernas bolsas de tela no hay quien me pare.
3. NO SIN MI PARAGUAS
Aunque la previsión del tiempo sea un sol radiante (de hecho creo haber llevado paraguas a Sevilla en septiembre a 30º) no puedo hacer la maleta sin meter el paraguas aunque no salga de ahí en todo el viaje. Pero es que a mi pasado viajero me remito, por alguna extraña razón, seguramente sobrenatural hacia mi persona, siempre me llueve y aunque ya no me enfada prefiero poder seguir la ruta con algo más de comodidad, si es que no me dejo en el hotel el paraguas, NO, no tengo remedio.
4. IDENTIFICAR LOS RUIDOS DEL AVIÓN COMO NORMAL
"Que miedo me da el avión" le digo a mi madre antes de salir de viaje "pues quien lo diría hija mía, mucho miedo no te dará" dice ella. Y por suerte mi amor por los viajes es mayor a mi miedo a volar. Pero es cierto que no hay manera de evitar que cada ruidito del dichoso aparato me haga sobresaltarme, miro a la tripulación (l@s azafat@s) y si ellos parecen tranquilos yo también. A estos sobresaltos ante cualquier movimiento o ruido se une el hecho que no me quito el cinturón diga lo que diga la luz de la cabina aunque tengo que decir que cada vez aguanto más tiempo con cinturón desabrochado (si lo indica la señal luminosa)
5. DORMIR
Y no me refiero a la noche antes por los nervios como les pasa otros viajeros, si no que no hay manera de dormir durante el viaje, da igual si es en avión, coche o tren, me cuesta HORRORES dormir, no se donde poner la cabeza, como poner los brazos, la chaqueta a modo de almohada, de pronto tengo frío, de pronto calor... Da igual que me den manta, antifaz o me canten una nana...Aunque ultimamente consigo dar alguna cabezada por puro agotamiento ¿será la edad?
6. HACER LA MALETA
De hecho escribí un post sobre este tema. Ahora me sobra espacio, ahora me falta, esto es imprescindible (como el paraguas) esto no lo es... antes de salir de viaje hago y deshago la maleta como unas 15 veces y aun así, luego nunca recuerdo lo que finalmente metí en ella.
7. NO TOMAR UN COCKTAIL
Aunque soy fiel a la cerveza y allí donde voy he de probar una (o dos) desde hace unos años también me está pasando que en aquella ciudad que visito siempre hay un momento Cocktail, da igual si es en una playa cubana dentro de un coco, en el bar más moderno de Nueva York o en una terraza en Roma, el caso que ya no sé abandonar una ciudad sin probar uno (o dos)
8. ¿PARA QUÉ LLEVAR BOLI Y PAPEL?
Pues eso digo yo si todo lo apunto en el smartphone, pues no aprendo a ir de viaje sin papel ni bolígrafo.
9. RECRODAR LO QUE COMO
Me encanta comer las cosas típicas de allí donde voy pero en ocasiones (casi siempre) a mi memoria le cuesta aprender de qué está hecho aquello que tengo en el plato, o lo apunto en el momento (en mi smartphone y no el papel) o imposible recordar su nombre o sus ingredientes.