10 razones de peso por las que deberías animarte y empezar ese viaje soñado
1. Hay millonarios que dejan atrás sus empresas o trabajos con sueldos de varias cifras para dedicar su vida a viajar.
Tal vez no sepas quien es Patrick Pichette, el jefe financiero de Google que dejó su puesto ejecutivo para viajar con su esposa por el mundo. No siempre son personas de edad avanzada precisamente. Imagino me dirán que el dinero es esencial para tener la seguridad para tomar esa decisión. El punto es que muchas veces, o en su mayoría, la gente que cambia de vida mutando a viajero termina afirmando que su vida anterior de horas y horas persiguiendo objetivos ajenos era una vida equivocada e insatisfactoria. Y esto sucede por igual sin distinción de ingresos o cuenta bancaria.
2. Y hay gente común que deja sus trabajos (normales) para viajar, y no se arrepienten.
Y que para ejemplos, no faltan bloggeros que largaron todo para deambular un tiempo.
3. Invertir el dinero en cosas materiales puede dar una satisfacción, pero la mayoría de las veces es efímera.
No tengo nada en contra del uso descontrolado de la tarjeta de crédito, o las compras, o los grandes y pequeños gustos materiales. Pero es innegable que el placer o la ilusión al comprarse algo tiene una duración de tiempo acotada. Los viajes en cambio, se viven una única vez, pero se recuerdan, cuentan y disfrutan toda la vida: conoces alguna forma parecida de gastar el dinero con un efecto tan duradero similar?.
4. El riesgo también puede ser que te quedes quieto.
Algunos asocian los viajes con la inseguridad económica, laboral. Pero viajar te puede poner en un estado activo, entrenarte en eso de de tomar decisiones a cada momento, aprender a cometer errores, alimentar un espíritu emprendedor. Todos esos rasgos los pueden enseñar en mil escuelas terciarias con menos énfasis y efectividad que cualquier ruta improvisada. Tampoco hay evidencia que quedarte quieto en un lugar garantice encontrar lo que buscabas.
5. Viajar te puede enseñar que no hace falta tanto.
No es que tengas que volverte un espiritual, o alguien que vive de conceptos. Pero en el viaje se toma conciencia del sobrepeso, de los excesos de materiales y de plástico que rodean nuestra vida material. Hay otros tipos de excesos, pero nada te puede enseñar mejor a separar lo esencial de lo irrelevante que viajar, y eso puede ser lo más liberador que hagas en mucho tiempo (y lo mejor para tu espalda).
6. Las distancias y el mundo será más pequeño.
Cuando viajes, y des media vuelta (o vuelta y media) al mundo, o cuando te encuentres sol@ en un lugar que pensabas que solo existía en un almanaque, te darás cuenta que el mundo no es tan imposible como pensabas, y que los paisajes soñados no tienen que pasar por tu vida en una foto de almanaque. No hay lugares que estén vedados si tienes la decisión, las condiciones mínimas y “los pies” para llegar.
7. Valorarás tu tiempo (como a tí mismo).
Viajar es un ejercicio permanente de la administración de nuestro tiempo. Hay que programar, optimizar, calcular viajes, distancias, descartar lugares, agregar lugares, y tomar conciencia de que en la cada momento (como en la vida misma) hay que elegir y descartar lo que ver y hacer. Después de un viaje largo descubrirás que eres un experto en organizar tus horas.
8. Te llenarás de nuevas metas y objetivos.
Un viaje llama a otro viaje, un destino llama a otro, un lugar dispara las ganas de ver más lugares. Viajar alimenta nuevos objetivos para poner en la mira e ir por ellos.
9. Iniciarás el curso más acelerado para perder miedos.
El primer miedo es empezar el viaje, tal vez el más difícil de superar. Después se dispararán nuevos miedos, pero irás superando uno a uno. Estarás inmerso en una escuela acelerada para disparar, los miedos irán pasando, los irás olvidando, y terminarás por pulverizarlos. Aprenderás a escindir los miedos malos de los útiles, a encapsular cada peligro en su justa dimensión, a no exagerar amenazas ni subestimar riesgos reales. Volverás más seguro de tí mismo.
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10. Tendrás más amigos.}}
En el camino, muchos irán pasando por tu vida y dejando huella, consejos. También te cruzarás gente con la que no congeniarás en nada. Pero de cada tramo quedarán rostros que guardar, y que sin duda ampliarán tu “barrio”, . Tu espacio será más grande, un mundo donde los “vecinos” pueden hablar idiomas diferentes, vivir lejos, y verse muy distinto. Siempre habrá idiomas, gestos y formas universales que aprenderás a compartir, te harán más tolerante, dispuesto a lo nuevo y abierto a lo diferente. Descubrirás que hay un idioma neutral que sirve para comunicarse en todas partes, y que te dará seguridad aprender a utilizarlo en cada situación.