Chapuzón en el río subterráneo más largo del mundo

En medio de la exuberante selva, un boquete de casi cinco metros de diámetro es la entrada al inframundo, al centro de comunión con los dioses mayas.

Para acceder hay que dejarse colocar un arnés y sujetarse bien de una cuerda.

Un guía la va soltando para que tu cuerpo entre sin tocar las paredes de Yaxmuul, cenote de aguas cristalinas, donde las estalactitas y estalagmitas forman salones apenas iluminados por el sol. Este rappel es la primera actividad que ofrece el nuevo parque Jungla Maya, ubicado a 10 kilómetros de Tulum.

Dentro de la propiedad hay otros tesoros naturales, como el río subterráneo más largo del mundo, Sac-Actun. Para conocerlo hay que ponerse aletas, visor y chaleco salvavidas. Incluso, la actividad fue recomendada y explorada por los buzos especializados en cavernas de National Geographic Snorkeler.

La mejor parte es donde se conecta el cenote Nohoch Nah Chiich; sus estalagmitas emergen de las profundidades regalando un espectáculo natural único.


También puedes volar sobre la copa de los árboles con sus tres tirolesas, una de ellas te permite acuatizar dentro de un cenote. Aquí, un chamán espera a los visitantes para realizarles una limpia. Invoca a los aluxes y pide su permiso para terminar de explorar la selva a bordo de un vehículo Unimog.

Al final, se ofrece una comida típica preparada por un grupo de mujeres mayas. El banquete se realiza en medio de la selva. Durante la convivencia, ellas te enseñan algunas frases en maya y leyendas sobre la flora y fauna que habita en la zona.

Por un pago extra se puede visitar su comunidad y observar el proceso de tejido de las hamacas.

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