El reloj de Apple enriquece la cada vez más numerosa familia de “tecnología ponible”, con ejemplos como las Google Glass o las cámaras para deportes extremos.
Será un buen compañero de la salud: ayudará a su dueño a ser más activo. Y con él se podrá pagar en restaurantes y encontrar direcciones. Pero… ¿son estas innovaciones un cambio real para los viajeros?
El reloj es lo último de Apple. El gadget más esperado por los incondicionales del gigante de la manzana. Lo tendrán en la primavera de 2015 (su lanzamiento se ha retrasado unos meses) en todo tipo de colores y materiales para elegir. Hasta en oro de 18 kilates. Desde 280 euros y un iPhone 5 o superior para que funcione, con él podrán medir las pulsaciones, pagar en un restaurante, llegar a tiempo a una cita o seguir la dirección adecuada a través de vibraciones en la muñeca, que te dicen cuándo girar. Apple Watch enriquece la cada vez más numerosa familia de tecnología ponible, con ejemplos como las Google Glass (1.200 euros) o las cámaras para deportes extremos. Y es un buen compañero de la salud y el fitness: ayuda a su dueño a ser más activo. Pero… ¿son todas estas innovaciones un gran cambio, un cambio real, para los viajeros? Algunos expertos creen que sí, aunque estén todavía lejos de lo deseable, como ocurre con los smartwatch ya presentes en el mercado (Motorola, Sony, LG). “Un viajero necesita que desde su muñeca le digan ‘te conozco, sé lo que te gusta’. Necesita alguien que sepa más sobre ti que tú mismo. Y ese es el tipo de cosas que Apple puede hacer”, dice a The New York Times James L. McQuivey, analista de Forrester Research, empresa de investigación de mercados que asesora sobre tecnología.
Una de las promesas de Apple durante la presentación del reloj es que la aplicación de fitness “llegará a conocerte como lo haría un entrenador personal, sugiriendo objetivos basados en tu historial”. Y esa habilidad para utilizar datos personales sería la ventaja de la empresa de la manzana frente a sus competidores, según los expertos. Como cuando permaneces sentado demasiado tiempo y el reloj te recuerda que debes estirar las piernas. Moverte un poco. Pero de momento ese punto, la posibilidad de sugerir restaurantes o museos según los gustos, es cosa del futuro. Lo que ofrecerá seguro desde el momento de ponerse a la venta son los mapas y GPS.
La idea es parecida a cuando seguimos indicaciones con el móvil en la ciudad, pero recibiendo vibraciones en la muñeca cada vez que debemos girar en una calle. “Es como tener un guía invisible junto a ti”, dijo el vicepresidente de Tecnología de Apple, Kevin Lynch, en la presentación. Los usuarios no están tan de acuerdo. Algunos de los comentarios en los medios americanos no le auguran demasiado éxito. “No, gracias. Este reloj no servirá para los viajeros cuando se queden sin Internet”, afirma uno. “Los ladrones estarán esperando el reloj de Apple con los brazos abiertos. Será más jugoso que el iPhone”, añade otro.
Este nuevo juguetito tendrá también aplicaciones de las principales compañías viajeras –aerolíneas y cadenas hoteleras–, como ya ocurre con los smartphone y las tabletas, pero con algunos giros curiosos. Así, los clientes de los hoteles W en todo el mundo podrán abrir su habitación gracias a la app desarrollada por la cadena Starwood. Solo hay que ponerse frente a la puerta y mover el reloj. En los viajes también podrán utilizar Apple Pay, un nuevo sistema que permite pagar en lugares como McDonald’s o Walt Disney World. Todo muy americano, su principal mercado.
Para McQuivey, la clave está en ver quién mueve la primera pieza y lanza ganchos como los auriculares por Bluetooth (Motorola ya tiene el nuevo Hint para su reloj Moto 360). ¿Conclusión? “Cuatro de cada diez usuarios pueden beneficiarse de esta tecnología cuando viajan –subraya el analista Henry H. Harteveldt–. Pero pasarán años hasta que reemplacen a los teléfonos y las tabletas, si es que llegan a hacerlo”.