Aunque huyamos del concepto de ‘viaje organizado’, muchos elegiran la opción más sencilla a la hora de viajar a un lugar lejano.
Para estos casos de inexperencia y temor a no saber si podremos desenvolvernos solos al otro lado del Atlántico o si conseguiremos alojamiento adecuado en Asia, se impone una necesidad: tener las aptitudes y trucos necesarios para superar la experiencia de viajar en grupo durante 10 días.
No es fácil, pero el viaje se hará mucho más llevadero si sabemos lo que nos vamos a encontrar y tratamos de mitigar nuestra falta de libertad y el tener que compartir tantas horas con un grupo numeroso, con una buena predisposición a adaptarnos.
Consejos prácticos para viajar en grupo
- No temer a la multitud. Todos los grupos visitan los mismos sitios a la misma hora, así que tendrás que convivir con ríos de turistas visitando los lugares a los que tu también irás. En los monumentos, olvídate de hacer fotos sin gente; en los mercados, habrá más turistas que gente del lugar; en los restaurantes, todos llegaréis al mismo tiempo. No se sabe porqué, pero es así, así que mejor si aprovechas la oportunidad para superar tu claustrofobia.
- No llegar tarde. Sólo se perdona una vez y si no es mucho retraso. Los viajes organizados están cuadrados al minuto, las jornadas comienza con las primeras luces y tienen un engranage que no permite imprevistos. Si llegas tarde, estarás perjudicando al grupo y te mirarán mal.
- Renuncia a conocer la comida y costumbres del lugar. Seguro que te han contado muchas cosas sobre las delicias de la cocina egipcia o tailandesa, pero te pondrán pollo para comer y hamburguesa para cenar, por la mañana habrá croisants y café. Sólo te queda aprovechar los raros momentos libres que se conceden a los viajeros, tendrás que elegir entre hacer una visita individual o degustar las especialidades.
- Vigilar al grupo. Desde el mismo momento que pises el aeropuerto os miraréis, estudiaréis y tantearéis, para saber intentar buscar afinidades. Lo mejor es identificar enseguida a tus compañeros y no dejarte sorprender.
- No querer tomar iniciativas. Seguro que quieres ir a algún sitio que no esté en el programa, pero no pierdas energías intentado ir, el engranaje está ahí y la ruta planeada desde mucho antes de que tu compraras el viaje, no la puedes cambiar.
- El listo. En cualquier grupo que se precie habrá uno. Es aquel que si hablas sobre un país donde viajar el siempre habrá estado allí antes, si compras algo será el que lo ha conseguido más barato y si llegas al desayuno justo cuando se ha acabado el café, el ya tendrá su taza llena, dos tostadas y la mejor fruta junto a su plato. Para esto no hay salida, estará ahí y lo más recomendable es situarse y caminar siempre lo más lejos de él; ojos que no ven, corazón que no siente.
- El guía. Da gracias si no te colocan un distintivo para identificarte como parte del grupo, así que tendrás que poner todo tu empeño en seguirlo de cerca y no perderte. A veces llevan banderitas u otros objetos en alto, para que los miembros de la comitiva no se pierdan. Si estás cerca de él podrás preguntarle las dudas que te surjan durante la visita o enterarte de cómo está programado el día, así que es recomendable no alejarse demasiado de ellos. Sé positivo, hay guías muy buenos y podrás aprender mucho sobre el lugar.
- Aunque seas independiente, te guste descubrir lugares por ti mismo o conocer de cerca a la gente del lugar, si has elegido un viaje organizado para las vacaciones, ármate de paciencia y ¡disfruta del viaje!