El viaje como forma de vida 1ra parte

¿Has soñado alguna vez con dejarlo todo y recorrer el mundo?

Ellos lo han hecho. Se han lanzado a la aventura de viajar sin prisas y sin billete de vuelta. Visualiza y descárgate el número de junio de 2015 de 'el mensual'.

"Papi, estás loco!" fue la exclamación unánime de los hijos de Ricardo Basabe, un jubilado argentino afincado en Mallorca, cuando les explicó que, a sus 70 años, había decidido recorrer Europa en motocarro.

¿Por qué precisamente en este tipo de vehículo? "Es un símbolo: un vehículo un tanto obsoleto, como yo mismo, pero las cosas antiguas no tienen por qué ser un trasto inútil".

La idea es demostrar "que los mayores tienen mucho que ofrecer" y poner su granito de arena en las dos causas que más le interesan: el medio ambiente y el envejecimiento activo.

No en vano, su principal forma de subsistencia durante el viaje, que inició el pasado 22 de abril Día de la Tierra, subraya, es el voluntariado en todas las granjas ecológicas que pueda, a cambio de comida y techo, ya que su pensión de 400 euros mensuales no le ha dado para ahorrar demasiado.

Una mañana de 2014, José Carlos Portillo se despertó en su casa de Sevilla y decidió que estaba harto, que lo dejaba todo, que hacía las maletas y se lanzaba a viajar. Joseca, para los amigos, es enfermero, roza la treintena y había hecho un par de años antes un largo viaje de un año por Centroamérica y México tras finalizar las prácticas de un máster en Cooperación Internacional en un centro de salud de Nicaragua.

De vuelta en España, además de "la escasez laboral y la precariedad que se sienten en el ambiente general, de gran insatisfacción", factores como la sensación de estar “en el metro, donde cientos de personas nos hacinamos para ir a cualquier lugar sin mediarnos ni un hola" fueron los que empujaron a Joseca a emprender un nuevo viaje por el continente americano. ¿El plan? "Buscar un nuevo camino que me aporte nuevos conocimientos y experiencias, estudiar un poco, trabajar y, ante todo, disfrutar", explica Joseca desde México, minutos antes de coger un autobús que lo llevará en dirección a Estados Unidos para después llegar a Canadá, donde piensa trabajar en la recolección de la cereza.

Estas historias reúnen todos los elementos comunes a la mayoría de las personas que dedican su vida (o al menos una parte importante de ella) a lanzarse a la aventura de viajar sin prisas, sin planes, sin billete de vuelta y sin intermediarios: la insatisfacción con llevar una vida ‘normal’, la necesidad de abrir nuevos horizontes, el interés por todo lo humano, el amor por la naturaleza, la intolerancia a la rutina, la sed por conocer y la disposición a trabajar de cualquier cosa a cambio de saciar esa sed.



Viajar engancha. Si está empezando a plantearse seguir los pasos de nuestros entrevistados, debe saber que otro elemento muy común en este tipo de historias es el carácter adictivo de viajar. Y si no, que se lo pregunten a Jorge Sánchez, un catalán de 60 años que resulta ser la persona que más ha viajado de España. A pesar de haber visitado todos los países del mundo a lo largo de 30 años, se duele de no haber estado aún en "algunas regiones de África y unas pequeñas islas de Oceanía, en concreto de Papúa Nueva Guinea". Una mancha que hay que subsanar cuanto antes.

"Cuando realice mi séptima vuelta al mundo, este año o el próximo, visitaré todos los lugares donde aún no he estado", promete. En ese momento, "tal vez cuelgue mi pequeña bolsa de viaje, aunque no descarto proyectar entonces alguna nueva meta viajera, como alcanzar el Polo Sur geográfico". Vaya, un verdadero viajero nunca se jubila.

El primer gran viaje suele ser una iniciación a una vida nómada. El primer gran viaje suele ser una iniciación a una vida nómada. "La primera vuelta al mundo tenía que ser un paréntesis, pero descubrimos una vocación", resume Xavier Molins, un barcelonés de 40 años que vive y viaja junto a su mujer, Carme Corretgé, y ahora también con su hija de 2 años.

La vuelta al mundo es el sueño de cualquier viajero. "Es el viaje más perfecto que existe, ya que abrazas a nuestro bello planeta Tierra de un extremo al otro", poetiza Jorge antes de relatar su primera vez: "Salí de España con apenas 400 dólares americanos, a Siberia, sin billete de regreso, y tuve que sobrevivir buscando trabajo en los países ricos que atravesaba. Llegué a recorrer 46 países de los cinco continentes. Utilicé el autostop, el barcostop y hasta el aviónstop".

Salva Rodríguez, granadino de 43 años, utiliza por su parte un solo medio de transporte para su particular vuelta al mundo, en la que lleva inmerso desde 2006: la bicicleta.

Con ella, ha atravesado "más de 10 desiertos, ascendido más de 75 pasos de montaña por encima de los 4.000 metros, recorrido selvas, altiplanos, sabanas, paraísos tropicales y visitado las ciudades más significativas del mundo", además de "recorrer países en situaciones de guerra, como Afganistán o la revuelta de Kenia de 2007".

Incluso vivió "el terrible terremoto de Japón de 2011". La idea es regresar a España en agosto de este año tras recorrer 140.000 kilómetros pedaleando, un hito que ha ido narrando en su web, unviajedecuento.weebly.com.


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