Nación definida por grandes contrastes, en Jordania pueden vivirse experiencias fuera de lo común, como por ejemplo, admirar en globo el famoso desierto de Wadi Ruma, explorar buceando los vestigios de un buque hundido entre corales en las aguas del Mar Rojo, experimentar los baños de barrio y sol en las aguas saladas del Mar Muerto a una profundidad de 416 metros por debajo del nivel del mar y muchas cosas más, en día tan solo.

Jordania está considerada como la Suiza del Oriente Próximo y actualmente sobresale por su hospitalidad, seguridad y vasta oferta para el ecoturismo, el turismo cultural y otras facetas de interés viajero. Tiene tanto este territorio del Oriente Medio que es capaz de encantar al viajero más exigente.

El turismo es una de las dos actividades más importantes para la economía jordana, siendo el otro la extracción de fosfato de potasio para la elaboración de cosméticos, el cual se extrae del Mar Muerto. Los hoteles de Jordania cuentan con una seguridad extrema, lo cual garantiza el bienestar de los visitantes. Solo resta disfrutar: ya sea recorriendo la capital, Ammán, o gozando de los sugestivos paisajes de arena ilimitada en el desierto de Wadi Rum, o admirando el histórico Mar Muerto, cuyas aguas son cinco veces más saladas que las del Mar Mediterráneo lo cual es bastante y asombroso.

También es aconsejable explorar la majestuosa ciudad de Petra, joya de la civilización nabatea, recorrer parte del desierto para conocer el estilo de vida de los beduinos, contemplar maravillosas puestas del Sol en el Mar Muerto y admirar el místico entorno del río Jordán. La verdad es que la primera vez que se visita Tierra Santa se experimenta de un modo tan especial, que difícilmente puede borrarse de la memoria. 

Jordania entonces es un formidable país, una joya del Oriente Medio con valles, montañas y mares, para descubrir y enamorarse. Es un país lleno de exóticas tradiciones, increíbles paisajes y mucho por escuchar y aprender, sumamente recomendable para todos los viajeros del mundo.