Así de entrada Letonia no es un país que nos viene rápidamente a la cabeza cuando pensamos en el verano, el sol y la playa.
Y sin embargo, este pequeño país del Báltico posee verdaderas joyas que gozan de gran popularidad cuando el clima lo permite. Una de ellas es Jürmala, la playa letona más famosa.
Se trata de una larga cadena arenosa de 20 kilómetros que conecta a varias pequeñas localidades costeras al oeste de la capital Riga. En su época dorada Jurmala era el lugar preferido por la nobleza zarista para 'tomar las aguas' y relajarse. Después los mandamases de la URSS seguirían su ejemplo, retirándose a descansar aquí de su duro trabajo de conducir a los rusos hacia el paraíso del obrero, en muchas ocasiones contra su propia voluntad.
Hoy Jürmala sigue siendo un popular destino turístico de playa. Sus enormes dunas y los bosques de pinos que la rodean son el escenario ideal para olvidarse de la rutina. Toda la playa está salpicada de tradicionales cervecerías, una especie de chiringuitos de playa al estilo báltico en los que comer algo y refrescarse.
Jomas Iela es la principal calle peatonal de Jürmala, que conecta la costa con la estación del tren. En verano siempre ofrece un aspecto muy animado y cuenta con una serie de excelentes restaurantes y cafés, así como puestos de artesanía y galerías de arte.
Otras atracciones destacadas de este destino son su maravilloso nuevo museo interactivo Jürmala City Museum que cuenta la historia de la ciudad y explica las particularidades de la costa letona. Cerca de la playa, se encuentra también el Dzintari, una gran sala de conciertos al aire libre con capacidad para dos mil espectadores y donde se celebran varios festivales de música a lo largo del verano.