A todos los que nos gusta viajar se nos ha planteado alguna vez la posibilidad de visitar Indonesia, destino que nos resulta exótico y con infinidad de opciones para el viajero.
Indonesia nos ofrece, entre muchos otros atractivos selvas en Borneo y Sumatra; volcanes, Prambanan y Borobudur en Java; templos y su peculiar religión en Bali y, por supuesto, miles de playas espectaculares en todo el país.
La mayoría de los visitantes se limitan a la isla Bali y, si acaso, las Gili, en Lombok. En cambio, en los dos meses que estuve en Indonesia, tuve la oportunidad de avanzar más al este, descubriendo la maravillosa isla de Flores, que ahora te acerco con esta serie de entradas en Diario del Viajero.
Probablemente Flores sea mi lugar favorito de Indonesia. Aquí no llegan tantos extranjeros y menos continúan explorando la isla hacia el este, por lo que muchos lugares no están preparados para el turismo. Como contrapartida, Flores es todavía un lugar auténtico, una isla de naturaleza exuberante, volcanes activos, playas fantásticas y puntos tan interesantes como el Parque Nacional de Komodo, el volcán Kelimutu o Bajawa.
Flores se encuentra en la provincia de Nusa Tengara Oriental, al este de Indonesia, justo antes de Timor. Fue colonia de Portugal en el siglo XVI, de esa época procede el nombre de la isla. En 2003 se descubrieron restos de una especie única de Homo, el Hombre de Flores, también llamado hobbit, que habitó solamente en la isla hace 90.000 años.
Para llegar hasta este remoto lugar no hay vuelos internacionales, siendo lo más fácil volar desde Bali. Sin embargo, preferí acceder de otro modo mucho más económico (y lento), atravesando en autobús y ferry las islas de Bali, Lombok y Sumbawa, antes de llegar a Labuan Bajo, en Flores. En total fueron más de 36 horas de viaje.
Una vez en Flores el transporte por carretera se hace por la trans-Flores que, a duras penas, recorre la isla de un extremo a otro a lo largo de 670 sinuosos kilómetros. Por ella me desplacé con mucha paciencia en las infernales bemos, cargadas de personas y mercancías, sin horarios establecidos. Con tiempo más ajustado sería más recomendable tomar vuelos domésticos, pues también hay aeropuertos muy pequeños en las principales ciudades.
Labuan Bajo, dragones de Komodo
Es la ciudad que más turismo recibe de Flores por ser la más occidental de la isla y, sobre todo, porque desde aquí parten las excursiones en barco al Parque Nacional de Komodo. Los dragones de Komodo solo habitan en las islas de este Parque Nacional. Lo habitual es ir a la propia isla de Komodo o a Rinca. Hay islas con playas de ensueño y aguas cristalinas perfectas para snorkeling.
Bajawa, aldeas tribales
Bajawa está en el centro de Flores, entre montañas y rodeada de selva. Desde Bajawa se accede a las diminutas aldeas tradicionales de los Ngada. Las más próximas están muy acostumbradas a los visitantes y se llega por carretera, en cambio, hay otras más recónditas que apenas tienen contacto con extranjeros y están literalmente perdidas en la selva.
Moni. Kelimutu, el volcán de tres colores
En el cráter de este volcán hay tres lagos, cada uno es de un color. Lo más increíble es que cambian de color a lo largo del año. Desde Moni, una aldea a pie de carretera, se sube al cráter para contemplar bellísimos amaneceres.
Riung, Parque Nacional de las 17 islas
Un destino más turístico por las playas espectaculares y solitarias de las 17 islas. La aldea de Riung en sí no tiene mucho interés, lo mejor es contratar una ruta en barco por el Parque Nacional.