Si las cataratas del río Iguazú, en la frontera entre Brasil y Argentina, son impresionantes en condiciones normales, basta ver las imágenes para hacerse una idea aproximada del estruendo y la fuerza que pueden presentar ahora, cuando las lluvias de los últimos días han aportado un caudal nunca visto de 47.
000 metros cúbicos de agua por segundo, casi seis veces mayor que lo habitual. Hasta ahora, el récord se había registrado durante las inundaciones de 1992, con 36.000 metros cúbicos por segundo.
A consecuencia de la crecida del Iguazú, varios puentes quedaron cortados y quedaron aislados 50.000 habitantes de tres localidades en la provincia argentina de Misiones. El domingo, las autoridades argentinas del Parque Nacional Iguazú retiraron las pasarelas desmontables que se extienden a lo largo de un kilómetro sobre el río Iguazú y cerraron el acceso a la Garganta del Diablo, el mayor de los saltos de las Cataratas. Este mirador, que normalmente se encuentra a unos cuatro metros de la superficie habitual del río, ahora se encuentra inundado.
Las cataratas de Iguazú son el mayor reclamo turístico de Argentina. Las autoridades de los Parques nacionales esperan que amaine el caudal del río y a partir de este miércoles puedan abrir de nuevo a los turistas el acceso a los principales miradores.
Las cataratas de Iguazú son un Patrimonio Mundial de la Humanidad que se extienden a lo largo de 2,7 kilómetros de selva entre el estado brasileño del Paraná y la provincia argentina de Misiones. Desde el lado brasileño se obtiene una visión más panorámica. Y desde el lado argentino se puede disfrutar de la apoteosis de la Garganta del Diablo, el mayor de los 275 saltos de agua, con 80 metros de altura.