Uno de los principales atractivos turísticos de Oaxaca son sus artesanías, éstas se distinguen por su color, textura y creatividad, quizá es por ello que los alebrijes son una de las creaciones más representativas de Oaxaca.
El pueblo de San Antonio Arrazola es el lugar de origen de los alebrijes de madera.
Éstos se elaboran con zompantle, copal o copalillo que los artesanos extraen directamente o compran a los ?copaleros?. La madera se talla antes de que seque para darle la forma que tendrá el alebrije una vez terminado. Una vez seca la madera se lija y se prepara para su decoración. Los artesanos pintan la madera y dibujan sobre ésta con diversas técnicas para dar el colorido y el diseño final a estas figuras.
El imaginario de los artesanos recrea seres míticos como dragones o sirenas, pero también crea seres fantásticos, como un jaguar con cabeza de cocodrilo, un puercoespín con alas o armadillos con caparazón de vivos colores, líneas y puntos.
Los alebrijes son únicos, no hay dos piezas iguales, el artesano descubre la forma que guarda la madera y le imprime a cada pieza su sello personal. Para los artesanos de Arrazola la madera es como bien dicen ?madre de nuestra imaginación?.
Aunque los alebrijes de Arrazola son cada día más apreciados, aún se pueden encontrar a precios accesibles, este varía en función de la decoración, el tipo y la forma de la madera. Los artesanos los venden en sus talleres y en los mercados, la calidad de algunas de sus creaciones las lleva a hoteles y galerías.
Desde hace unos años, en los periodos vacacionales, se organiza en el andador turístico de la agencia municipal de Arrazola ?La Feria del Alebrije?, en la que se exhibe el trabajo artesanal de varias decenas de familias de este poblado.
San Antonio Arrazola se localiza en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, a menos de 10 kilómetros al suroeste de la Ciudad de Oaxaca. Se puede llegar con facilidad en automóvil por la carretera que se dirige a Zaachila, así como, en los autobuses urbanos de Monte Albán.