Al arribo de los conquistadores españoles, las sociedades indígenas del México Antiguo se hallaban sólidamente estructuradas.
En todo el territorio de nuestro país, se asentaban culturas milenarias, cuyas ideas religiosas guardaban un estrecho nexo con cierta visión del universo y la vida. Esta relación entre cosmos y vida, fue la pauta para el establecimiento de reglas, vías de organización, dinámicas comerciales, ámbitos políticos, preeminencias militares y escalas sociales.
No obstante, los intereses de los españoles no abarcaban la preservación de estas sociedades, sino que, por el contrario, se afanaron en que no continuaran e impusieron su particular forma de vida, en contra de la cual, muchos grupos indígenas se rebelaron, aunque con escasa fortuna. De cualquier manera, restos de sus creencias y tradiciones se mezclaron con las traídas del Viejo Continente para así, forjar una nueva cultura, de la cual, actualmente formamos parte.
En cada una de las entidades de la República Mexicana, se localizan lugares que dan fe de estos avatares históricos, de esta fusión de horizontes culturales que, a final de cuentas, forjó nuestra nación. Templos católicos, edificios civiles, representaciones escultóricas, creaciones pictóricas, música y antiguos hábitos de vida, manifiestan una influencia mutua entre las tradiciones españolas e indígenas, lo cual da como resultado un calidoscopio cultural como pocos en el mundo: esto es nuestro México.
En el caso específico de los sitios arqueológicos, estos han seguido una ruta propia y distinta, puesto que muchos de ellos fueron devastados para erigir sobre su espacio importantes construcciones civiles y religiosas de la Nueva España. Otros, por su remota ubicación geográfica o por no ser considerados por los españoles, como relevantes desde un punto de vista político o económico, fueron abandonados totalmente. Por último, unos cuantos más, nunca fueron descubiertos por los conquistadores hispanos.
Los sitios arqueológicos de México nos ofrecen valiosa información acerca del modo de vida y pensamiento de los pueblos autóctonos de Mesoamérica, antes de la llegada de los españoles. En estos lugares, los turistas y viajeros hallarán verdaderos tesoros de arquitectura, puntura, relieves y tallados precolombinos.
Muchas de las piezas encontradas en los sitios arqueológicos de México, han sido retiradas de esos lugares, para ser resguardadas y exhibidas en museos de las más importantes ciudades de la república, o bien, en museos de sitio ubicados en los mismos yacimientos en donde fueron descubiertas tales piezas. De entre los sitios arqueológicos mexicanos más famosos y recomendables de visitar, están: Teotihuacán, el Templo Mayor, El Tajín, Calakmul, Tulum, Yaxhilán y Cobá.