Es posible que si estás pensando hacer una ruta por el norte de Italia vayas a visitar ciudades como Milán, Turín o Venecia.
Sin embargo, esta zona del país transalpino es un magnífico lugar también para alquilar un coche y perdernos por todos sus caminos. Un enclave en el que abundan especialmente auténticas maravillas naturales y paisajes vírgenes. Merece la pena aventurarse y aprovechar la época en la que nos encontramos. De esta manera, disfruta del otoño con un viaje a Italia y descubre estos rincones naturales que te proponemos.
En primer lugar debes conocer Portofino, la perla del norte de Italia. Se trata de uno de los destinos más chic y exclusivos para ir de vacaciones en este país, un pueblo precioso que combina arte, antiguas tradiciones y naturaleza. De hecho, Portofino pertenece a un área marina protegida en el que disfrutar del sol y del mar. Un lugar también con una maravillosa gastronomía y el punto de partida perfecto para una excursión de un día a la Cinque Terre.
Nuestra siguiente parada es Isola Bella, una isla llena de flores, plantas y árboles situada en el Lago Maggiore. En realidad se trata de un espléndido y sorprendente jardín italiano de estilo barroco que se divide en diez terrazas, todas ellas adornadas con fuentes y estatuas que datan del siglo XVII. Además de su vegetación mediterránea, también tenemos flores exóticas y unos hermosos pavos reales blancos. Un lugar que, como su nombre indica, es toda una isla bella.
Menos conocidas, pero no por ello igual de hermosas y espectaculares, son las Cascadas de Stroppia, situadas en el Valle de Maira, cerca de Cuneo. Estas cataratas se pueden contemplar perfectamente desde la ruta de Icardi. Y junto a ellas, la hermosa vista panorámica de una naturaleza salvaje formada por montañas, prados, lagos y caídas de agua. Todo un pequeño paraíso para los amantes de los deportes al aire libre.
En el norte de Italia también se halla el Gran Paradiso, la única cima que se erige en este país por encima de los cuatro mil metros de altitud. Situado entre el Valle de Aosta y el Piamonte, se trata de un macizo montañoso en el Parque Nacional Gran Paradiso, y que vale la pena visitar por sus maravillas naturales en forma de glaciares, montañas y bosques de abetos. En verano es ideal para los amantes de la naturaleza y el senderismo, mientras que en invierno se llena de esquiadores.
No puede faltar en nuestra lista el Lago de Resia, un lugar con una historia única. En 1950, la construcción de una presa supuso la unión de los tres lagos que hoy precisamente conforman el Lago de Resia. Sin embargo, el hecho más impactante fue el hundimiento bajo las aguas de la cercana localidad de Curon Venosta. Hoy en día se aprecia como, del centro del lago, emerge la torre del campanario del pueblo hundido. Hay quien bucea en el lago para descubrir los restos arquitectónicos de este mágico lugar.
Y, ya que hablamos de lagos, es imposible marcharse del norte de Italia sin hacer una excursión al Lago de Garda, el más grande del país italiano. Situado entre Verona, Mantua y Brescia, forma junto al Lago de Como y el Lago Maggiore la Región de los Lagos del Norte de Italia. Gracias a su paisaje, a sus monumentos culturales e históricos y a su clima, es también uno de los más bonitos y turísticos de Europa. Ideal, por tanto, para aquellos que quieran disfrutar de la naturaleza y de los deportes acuáticos.
Por último, nos quedaría visitar Belluno y el Parque Nacional de los Dolomitas. Un parque que se extiende por la región del Véneto a lo largo de más de 32.000 hectáreas y que cuenta con vistas espectaculares, altos picos rocosos, verdes valles y numerosos ríos y arroyos que serpentean a través de la naturaleza. Hay un gran número de caminos y senderos que atraviesan todo el parque, por lo que se pueden hacer cientos de rutas para disfrutar del maravilloso paisaje.