El mar y cuerpos de agua naturales como ríos o lagos, desde siempre se han proyectado como espacios de vital importancia para el ser humano, pero al mismo tiempo como notables oportunidades para el esparcimiento y para experimentar intensas emociones.
Esa curiosa ambivalencia, en la relación de lo humano con la vida marina, ha derivado en diferentes actividades deportivas que aún hoy siguen fascinando a millones de personas en el mundo.
Es en este marco que, a mediados de los años setenta del siglo XX, apareció un piloto de motocicletas, frecuente protagonista de carreras profesionales con este vehículo, decidido a ampliar los límites lúdicos de esta actividad. Para ello inventó un vehículo que combinaba características de una motocicleta y una embarcación. Justo en ese momento nació la motonáutica tal y como la conocemos hoy en día, esto es, la utilización de vehículos motorizados para desplazarse en espacios acuáticos.
Los vehículos que se utilizan en la motonáutica son bastante livianos y no utilizan hélice para impulsarse, sino que se valen de una turbina. Por ello, vehículos como las motos de agua son reconocidos como altamente ecológicos, por la manera en la que su sistema de propulsión oxigena las aguas y también por el hecho de que resultan bastante silenciosos y así no perturban en exceso el entorno silvestre.
La motonáutica sobresale por su atractivo para el turismo, por tratarse de una actividad considerada como divertido pasatiempo, para quienes vacacionan en sitios de playa o en lugares con grandes lagos o presas. Para practicar este deporte náutico, no se requiere ser dueño de uno de tales vehículos, puesto que, por lo general, en las playas predilectas de los veraneantes, independientemente de la nación donde se localicen, aparecen prestadores de servicios turísticos que los rentan a precios sumamente accesibles.
A la motonáutica se le debe que el agua se haya transformado en un medio emergente y natural de diversión, haciendo que el mar, las presas, lagunas, lagos e incluso algunos ríos, se convirtieran en emocionantes pistas para carreras con estos vehículos. Y si bien la motonáutica de competición todavía está considerada como una actividad deportiva 'alternativa', cada día gana nuevos adeptos y se traduce en un mayor interés por las competiciones internacionales relacionadas con esta disciplina. De manera general, los certámenes internacionales de motonáutica se llevan a cabo en vehículos monoplaza y a veces, en modalidades como freeride y freestyle.