La unión entre el mar y la Sierra Madre Occidental son el marco en el que Puerto Vallarta se convierte en un balneario turístico de sol y playa para todos los gustos.
Cada una de las playas de este municipio del estado de Jalisco tiene su propio encanto y actividades para satisfacer las expectativas de quienes las visitan, ya sea de día, de noche, solo, en pareja o en familia.
Puerto Vallarta cuenta con más de 42 km de playas bañadas por las serenas aguas del océano Pacífico, ideales para un tranquilo paseo a le caballo, sentir la adrenalina del surfing, el romanticismo de la caminata al atardecer o simplemente observar el ocaso sentado sobre la he arena de uno de los destinos turísticos más fabulosos de México.
Algunas de las playas más populares entre locales y visitantes son Boca de Tomates, la llamada playa del "Holi", Las Glorias, Camarones, Los muertos, Amapas, Conchas Chinas, Punta Negra, Mismaloya y Boca de Tomatlán. Cada una de ellas derrocha un encanto particular lleno de magia.
Observar a los pescadores locales buscando la mejor presa para hacer un delicioso pescado zarandeado, admirar el milagro de la vida con las decenas de tortugas que llegan a las playas vallartenses a dejar sus huevecillos o simplemente gozar de la brisa marina con esa persona especial son solo algunos de los momentos que no pueden faltar en su estancia Puerto Vallarta.
Al sur de la ciudad—en la Zona Romántica—, Los Muertos es la playa de los vallartenses por excelencia. Situada exactamente a un costado del embarcadero de Puerto Vallarta, esta playa es la más concurrida y representativa del municipio. Aquí se pueden alquilar lanchas para la navegación, para la práctica de pesca deportiva o, si prefiere, aventurarse en el paracaídas y el esquí acuático.
Mismaloya es otra de las playas infaltables en el itinerario que bien merece mención aparte. Conocida a nivel mundial por haber sido el escenario para el rodaje del filme La noche de la iguana, de John Huston, y de cuyas locaciones han quedando algunas ruinas, el aura que aún emana de este lugar lo baña de cierto glamour cinematográfico.
Igualmente hay que destacar los tesoros que guarda el sur de la geografía vallertense más allá de Mismaloya. En unión con la selva tropical, se levantan pequeños asentamientos que recuerdan a Puerto Vallarta de antaño. Las Ánimas, Quimixto, Yelapa y Majahuitas son lugares a los que se llega exclusivamente por mar y que ofrecen tranquilidad, privacidad y exuberante belleza para quien gusta de la naturaleza y el sonido de las olas como telón de fondo.
Realizar una caminata o un paseo a caballo hacia las cascadas que guarda celosamente la naturaleza en esta zona, a través de sus colinas empinadas y cubiertas de palmeras, le dejará una experiencia por la que seguramente regresará a Puerto Vallarta.
En su mayoría, las playas de Puerto Vallarta ofrecen diversos servicios de entretenimiento, alimentos, bebidas y souvenirs, siempre acompañados del folclore que caracteriza a todo México.
Disfrutar de la gastronomía local bajo la sombra de grande: palapas y la simple pero fascinante experiencia de comer varas de pescado y camarones asados al carbón al puro estilo vallartense mientras se hunden los pies en la arena mojada dejarán recuerdos imborrables en su memoria.
En todas las playas es muy común practicar esnórquel y también observar los delfines, mantarrayas, tortugas y, en invierno, la ballena jorobada, distinguida visitante de la Bahía de Banderas que año tras año llega para aparearse o tener sus crías en rituales del que usted será testigo absorto.
Si de sol y playa se trata, sin duda Puerto Vallarta es el sueño hecho realidad para esas vacaciones inolvidables.