Hace tiempo solo los contrabandistas más osados acudían a la costa de Cornualle, en la zona sur oriental de Gran Bretaña. Era un ámbito inhóspito, lleno de vírgenes playas y cavernas ocultas entre acantilados.
Allí es donde se asientan varios pueblos de la costa de Cornualle, comunidades salvajes, frías y perdidas, habitados por personas valientes y curtidas. Estos lugareños han fortalecido sus sentidos al grado de poder habitar entre el viento y las olas. La actividad principal de estas personas siempre fue la ganadería y la pesca la cual complementaban con pequeños y rentables negocios.
Con el paso del tiempo la esencia de estas comunidades se ha mantenido inalterada, pero en los antiguos pubs de mar, antes frecuentados por marineros y contrabandistas, ahora son visitados por viajeros deseosos por conocer una región repleta de leyendas y anécdotas como lo es Cornualles.
Es aquí donde las mareas se combinan con los páramos, donde se puede transitar por senderos ocultos entre la campiña inglesa y donde Merlín seguramente sigue haciendo magia escondido en una de las muchas cavernas de los alrededores. Es un entorno fascinante que ningún viajero experimentado se puede perder.