Una interesante aventura es recorrer la célebre Ruta de los Conventos en el corazón de Yucatán ya que, pese a que su nombre habla del pasado colonial en realidad es un viaje para entender el pasado y el presente de la cultura maya.
Los conventos, templos y capillas, que fueron edificadas por las órdenes religiosas que se establecieron para llevar a cabo la evangelización eran ya sitios sagrados para los mayas antes de la llegada de los europeos y lugar de algunos de los mayores encuentros y desencuentros de estas dos civilizaciones.
El recorrido comienza por Acanceh, su principal atractivo es la “Plaza de las Tres Culturas”, que conjuga la época prehispánica, colonial y contemporánea. Acanceh, significa “quejido de venado” y muestra una interesante mezcla arquitectónica y de costumbres y tradiciones tanto del pasado como de la época actual. En la plaza central conviven la Gran Pirámide, con un templo dedicado a “Nuestra Señora de la Natividad”, así como la capilla de la Virgen de Guadalupe, de un marcado estilo franciscano con el Templo de los Estucos, una antigua edificación maya que muestra algunos jeroglíficos y en la que en 1998 luego de algunos trabajos de excavación se encontraron cinco mascarones de estuco que probablemente representan deidades o a importantes gobernantes del sitio. todos estos hermosos y en algunos casos imponentes edificios enmarcan el bullicioso día a día del pueblo.
Posteriormente el recorrido nos lleva a Tecoh, donde podráa visitar una iglesia y un convento dedicado a la Virgen de la Asunción y cuya escultura está recubierta en gran parte por lámina de oro. El templo data del siglo XVII y se construyó sobre la base de una pirámide sobre grandes cantidades de piedra labrada, tiene un altar de gran tamaño y diversas pinturas con pasajes bíblicos.
Telchaquillo, siguiente punto del recorrido, es un pueblo pequeño con una iglesia austera donde podrás conocer un cenote cristalino al cual se puede bajar por una escalinata. Telchaquillo cuenta una modesta capilla del siglo XVI edificada en honor a la Virgen de la Concepción. De estilo franciscano, que luce en su austera fachada incrustaciones de piedras labradas por artesanos mayas.
Una vez en Tekit encontrarás la Parroquia de San Antonio de Padua, es de gran tamaño, con estatuas de santos en todos sus nichos. Luego llegarás a Mama, la siguiente parada de esta ruta, para admirar el ex convento Franciscano, mismo que fue fundado en el año 1612 en honor a “Nuestra Señora de la Asunción”, el templo más antiguo de la ruta. Está coronada por un campanario y edificada con piedra labrada; también se aprecian pinturas originales elaboradas con color vegetal.
En Chumayel. “Lugar de las Semillas” se puede apreciar el Templo de la Purísima Concepción construido en el siglo XVI, donde venera al Santo Cristo de la Transfiguración, en cuyo honor se lleva a cabo una gran celebración cada seis de agosto. En Chumayel se encontró un ejemplar de los libros del Chilam Balam, una herramienta invaluable para entender la cultura y mitología maya.
En Teabo se encuentran dos construcciones sacras, la parroquia y el ex convento de San Pedro y San Pablo; en el interior destaca un retablo con un par de columnas bellamente talladas y la “capilla de Indios”, construida en 1617.
Ahora pasamos a un punto esencial en el recorrido; Maní donde “Todo Pasó”, ahí se encuentra el Templo del Convento de San Miguel Arcángel fundado en 1549 mismo que fue escenario del Auto de Fe ocurrido en 1562, en el que el obispo Fray Diego de Landa lanzó al fuego invaluables escritos y códices mayas; esta histórica localidad fue fundada sobre un cenote considerado como el más importante de la ruta .El templo atesora un Cristo de gran belleza labrado en piedra. La mayoría de sus retablos bañados en oro han sido restaurados.
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