Esta ínsula portuguesa es alcanzable para muchos turistas, pero real y disfrutable solo para unos cuantos. Solo 600 visitantes pueden permanecer en esta isla brasileña al mismo tiempo. Se tiene que pagar una cuota de preservación ecológica de 48 reales que se incrementa mientras más tiempo se permanezca en ese lugar.
Por el hecho de que el 70% de este archipiélago es un parque nacional marino, se deben respetar ciertas leyes medioambientales para no pagar multas y tener otros problemas. El ambiente de Noronha está definido por picos y bahías, peces de mil colores y unas curiosas lagartijas denominadas mabuyas, grandes cangrejos y numerosas variedades de coral.
Las aves también son interesantes, algunas son endémicas e interesantes de contemplar. Hay que tener cuidado, tal y como sucede en otras partes costeras o insulares del mundo, con los tiburones y las mantarrayas. En general Noronha es un rústico destino ya que carece de campos de golf, grandes resorts y tiendas donde ir de compras. Únicamente hay sencillas posadas atendidas por amables lugareños. Algunas de ellas tienen restaurante, pileta y aire acondicionado.
Es un destino para disfrutar de manera sencilla y natural, inclusive la señal de Internet inalámbrico no es muy buena en esa isla, pero eso realmente no es importante en un sitio tan hermoso como ese. Recomendamos degustar en la isla de Noronha los langostinos, el bacalao, el ceviche de salmón y una deliciosa paella que se prepara en este interesante destino carioca.