Belleza en el estado de Yucatán
Yucatán es un territorio lleno de maravillas que sorprenden al viajero en cada paso que da. Sus habitantes son tan cálidos como su clima, de carácter alegre y tradiciones arraigadas, siempre dispuestos a recibir con los brazos abiertos a todo aquél que quiera conocerles.
La rica biodiversidad que le caracteriza ofrece rutas y paisajes de majestuosa belleza. Entre selvas, lagunas, playas y cuevas viven especies animales y vegetales difíciles de encontrar en otras regiones.
Los observadores de flora y fauna se sentirán satisfechos en este lugar, en particular los admiradores de las aves, pues Yucatán posee el único santuario de flamenco rosado del país.
Sus bellas playas, de finas arenas blancas y aguas azules, son un destino obligado para relajarse y disfrutar la generosidad del mar que les baña. Pero el agua salada no es la única que el visitante puede disfrutar: la tierra yucateca está colmada de los famosos cenotes, fenómenos naturales que se convirtieron en lugares sagrados para los antiguos mayas. Estas acumulaciones de agua dulce son un sello característico de la región, y poseen una belleza onírica que fascina a cualquiera.
Este estado también debe gran parte de su fama a su rica herencia arqueológica. Fue hogar de la civilización maya, cuyo paso por la región puede ser comprobado a través de sus maravillosos asentamientos, llenos de templos y construcciones de carácter científico, cívico y religioso. El misterio que rodea la existencia de los mayas sigue vivo en este lugar, no sólo en sus reliquias arquelógicas, sino también en sus mismos habitantes y sus arraigadas tradiciones.
Asimismo, Yucatán fue un importante puerto durante el período de la colonia. Esta época también ha dejado numerosos vestigios; la rica arquitectura de entonces puede ser admirada en distintos puntos del estado. Como resultado de la fusión de estas dos culturas, la gastronomía yucateca es de las más ricas -en sentido literal y figurado- que podemos encontrar en el país.
Yucatán se levanta orgullosa como una tierra abundante en tradición y cultura, que deja una huella imborrable en todo aquél que la visita