Boca de Iguanas: encuentro con la naturaleza
En la Bahía de Tenacatita, Jalisco, se enclava un sitio donde naturaleza y comodidad conviven de manera armoniosa.
Se trata de Boca de Iguanas, hasta hace algunos años desconocida, pero hoy día convertida en un destino popular para los turistas que buscan rodearse por un mar limpio, selvas y manglares.
Los ecoturistas encuentran aquí un verdadero refugio.
Las opciones de alojamiento son sustentables algunos hoteles cosechan sus propios alimentos en huertos orgánicos y los sirven en sus restaurantes con una arquitectura rústica aunque sin descuidar la comodidad y el lujo.
Boca de Iguanas cuenta con escenarios naturales que permiten la práctica de diversas actividades, como esnorqueleo, buceo, pesca y recorridos en catamarán o kayak.
Aquí también se erigen altas paredes perfectas para escalar y se extienden veredas para quien desee explorarlas a pie o a bordo de un caballo.
Si eres amante del golf, aquí también encontrarás dos campos cercanos donde se renta todo el equipo necesario.
Asimismo, a tan sólo 40 minutos, en Isla de Navidad, se extiende otro campo con 27 hoyos, una laguna cristalina y una inigualable vista al mar.
Por la tarde, una opción es emprender una caminata por la playa hacia La Manzanilla, un pueblo muy pequeño, tranquilo y silencioso, ideal para relajarse, nadar y tomar el sol.
El recorrido, un pretexto para admirar el horizonte del mar, dura 35 minutos.
Otra alternativa es visitar el complejo de manglares que se aloja cerca de la playa de Boca de Iguanas.
Un paseo silencioso a bordo de un bote es la mejor forma de conocer este rico ecosistema, donde viven miles de especies terrestres y marítimas.
Una gran diversidad de plantas, insectos, aves, mamíferos y reptiles (¡una comunidad de más de 500 cocodrilos!) han hecho de éste su hogar.
Al atardecer, las más de 45 especies de aves que buscan un espacio para dormir ofrecen un espectáculo encantador.
Se trata de Boca de Iguanas, hasta hace algunos años desconocida, pero hoy día convertida en un destino popular para los turistas que buscan rodearse por un mar limpio, selvas y manglares.
Los ecoturistas encuentran aquí un verdadero refugio.
Las opciones de alojamiento son sustentables algunos hoteles cosechan sus propios alimentos en huertos orgánicos y los sirven en sus restaurantes con una arquitectura rústica aunque sin descuidar la comodidad y el lujo.
Boca de Iguanas cuenta con escenarios naturales que permiten la práctica de diversas actividades, como esnorqueleo, buceo, pesca y recorridos en catamarán o kayak.
Aquí también se erigen altas paredes perfectas para escalar y se extienden veredas para quien desee explorarlas a pie o a bordo de un caballo.
Si eres amante del golf, aquí también encontrarás dos campos cercanos donde se renta todo el equipo necesario.
Asimismo, a tan sólo 40 minutos, en Isla de Navidad, se extiende otro campo con 27 hoyos, una laguna cristalina y una inigualable vista al mar.
Por la tarde, una opción es emprender una caminata por la playa hacia La Manzanilla, un pueblo muy pequeño, tranquilo y silencioso, ideal para relajarse, nadar y tomar el sol.
El recorrido, un pretexto para admirar el horizonte del mar, dura 35 minutos.
Otra alternativa es visitar el complejo de manglares que se aloja cerca de la playa de Boca de Iguanas.
Un paseo silencioso a bordo de un bote es la mejor forma de conocer este rico ecosistema, donde viven miles de especies terrestres y marítimas.
Una gran diversidad de plantas, insectos, aves, mamíferos y reptiles (¡una comunidad de más de 500 cocodrilos!) han hecho de éste su hogar.
Al atardecer, las más de 45 especies de aves que buscan un espacio para dormir ofrecen un espectáculo encantador.