Cabo da Roca, el punto más occidental de Europa
Lejos de lo que los romanos declararon hace siglos, el cabo da Roca representa hoy el punto más occidental de la Europa continental
Hace cientos de años, los romanos declararon que el cabo Finisterre era donde acababa el continente europeo. Siglos después, lejos de sus consideraciones, se descubrió que el cabo da Roca se situaba, en realidad, 15 kilómetros más al oeste que el extremo gallego.
Así, situado en la localidad portuguesa de Sintra, distrito de Lisboa, rodeado de puro acantilado y salvajes olas, encontramos el famoso cabo da Roca (cabo de la Roca, en castellano), un cabo que, geográficamente, representa el punto más occidental del continente europeo.
El acantilado emerge del océano Atlántico a alrededor de 140 metros sobre el nivel del mar. Luis de Camões, célebre escritor portugués, describió este lugar como el sitio 'donde la tierra acaba y el mar comienza', y es que, como es lógico, cabo da Roca es también el punto terrestre de Europa continental más cercano a Estados Unidos.
Situado en el mismo cabo, encontramos un faro, el faro del cabo da Roca, una torre cuadrangular de 22 metros de altura, de apariencia pintoresca por fuera, forrada de azulejos blancos y característico por su llamativa cúspide roja. Actualmente son tres faroleros los que se turnan para vigilar el faro y para encargarse de que este cumple con su papel de señalización marítima. El faro, que se conserva tal y como lo vemos hoy en día desde 1772, sigue teniendo gran importancia y tiene un alcance de aproximadamente 48 kilómetros, y es aprovechado desde grandes embarcaciones hasta pequeños marineros que van a pasar el día lejos de la costa.
Además del faro, en el cabo también encontramos un monumento de piedra que incluye un crucifijo y un rótulo en el que se puede leer la frase que mencionábamos al principio, junto con las coordenadas del cabo. Luis de Camões fue uno de los poetas más ilustres de la literatura lusitana, y en su famosa obra Os Lusíadas no dejó de mencionar al que representa el punto más adentrado en el mar Atlántico de Europa.
El cabo es precioso a la par que impresionante. La zona está bien habilitada para las vistas y ofrece una oficina de turismo en la que, entre otras cosas, por 5 euros, se entrega a los visitantes una especie de diploma que confirma que se ha visitado el lugar más occidental de Europa. Asimismo, en las inmediaciones del cabo encontramos algunos de los mejores restaurantes de la costa de Sintra y Cascais, muchos de ellos situados muy próximos de las grandes playas de la zona.
La única pega de visitar cabo da Roca es que, precisamente por su localización y coordenadas, siempre suele hacer más viento en el cabo que en otras zonas del municipio, llegando a veces a convertirse en viento peligroso. Además, es común que a veces esté presente cierta niebla que puede impedirnos ver el acantilado con claridad. Como es evidente, lo más recomendable es asegurarse del clima que va a hacer el día de la visita y tomar las precauciones debidas, evitando acercarnos demasiado al límite del acantilado.
Por contra, en un día sin viento y con calor, el momento más recomendable para visitar Cabo da Roca es al atardecer, momento en el que a las maravillosas vistas del salvaje Océano Atlántico, junto con las exuberantes rocas características de los acantilados de la costa portuguesa, se le suma una hermosa puesta de sol que, como cabe recordar, seremos los últimos en presenciar. Cabo da Roca es, sin duda, el verdadero 'finisterre'.
Hace cientos de años, los romanos declararon que el cabo Finisterre era donde acababa el continente europeo. Siglos después, lejos de sus consideraciones, se descubrió que el cabo da Roca se situaba, en realidad, 15 kilómetros más al oeste que el extremo gallego.
Así, situado en la localidad portuguesa de Sintra, distrito de Lisboa, rodeado de puro acantilado y salvajes olas, encontramos el famoso cabo da Roca (cabo de la Roca, en castellano), un cabo que, geográficamente, representa el punto más occidental del continente europeo.
El acantilado emerge del océano Atlántico a alrededor de 140 metros sobre el nivel del mar. Luis de Camões, célebre escritor portugués, describió este lugar como el sitio 'donde la tierra acaba y el mar comienza', y es que, como es lógico, cabo da Roca es también el punto terrestre de Europa continental más cercano a Estados Unidos.
Situado en el mismo cabo, encontramos un faro, el faro del cabo da Roca, una torre cuadrangular de 22 metros de altura, de apariencia pintoresca por fuera, forrada de azulejos blancos y característico por su llamativa cúspide roja. Actualmente son tres faroleros los que se turnan para vigilar el faro y para encargarse de que este cumple con su papel de señalización marítima. El faro, que se conserva tal y como lo vemos hoy en día desde 1772, sigue teniendo gran importancia y tiene un alcance de aproximadamente 48 kilómetros, y es aprovechado desde grandes embarcaciones hasta pequeños marineros que van a pasar el día lejos de la costa.
Además del faro, en el cabo también encontramos un monumento de piedra que incluye un crucifijo y un rótulo en el que se puede leer la frase que mencionábamos al principio, junto con las coordenadas del cabo. Luis de Camões fue uno de los poetas más ilustres de la literatura lusitana, y en su famosa obra Os Lusíadas no dejó de mencionar al que representa el punto más adentrado en el mar Atlántico de Europa.
El cabo es precioso a la par que impresionante. La zona está bien habilitada para las vistas y ofrece una oficina de turismo en la que, entre otras cosas, por 5 euros, se entrega a los visitantes una especie de diploma que confirma que se ha visitado el lugar más occidental de Europa. Asimismo, en las inmediaciones del cabo encontramos algunos de los mejores restaurantes de la costa de Sintra y Cascais, muchos de ellos situados muy próximos de las grandes playas de la zona.
La única pega de visitar cabo da Roca es que, precisamente por su localización y coordenadas, siempre suele hacer más viento en el cabo que en otras zonas del municipio, llegando a veces a convertirse en viento peligroso. Además, es común que a veces esté presente cierta niebla que puede impedirnos ver el acantilado con claridad. Como es evidente, lo más recomendable es asegurarse del clima que va a hacer el día de la visita y tomar las precauciones debidas, evitando acercarnos demasiado al límite del acantilado.
Por contra, en un día sin viento y con calor, el momento más recomendable para visitar Cabo da Roca es al atardecer, momento en el que a las maravillosas vistas del salvaje Océano Atlántico, junto con las exuberantes rocas características de los acantilados de la costa portuguesa, se le suma una hermosa puesta de sol que, como cabe recordar, seremos los últimos en presenciar. Cabo da Roca es, sin duda, el verdadero 'finisterre'.