Cómo viajar con tu perro
En una hipotética viñeta del humorista norteamericano Gary Larson que gusta de pintar a los animales comportándose como humanos y viceversa, unos perros pueden discernir en un elegante cóctel sobre dónde pasarán las vacaciones este año y si llevarán o no a sus dueños con ellos, puesto que muchos hoteles empiezan a impedir la entrada de seres humanos por los muchos problemas que estos acarrean: intoxicación etílica o tendencia a saltar a la piscina desde la ventana de la habitación.
Fuera del universo Gary Larson, son los dueños de mascotas que quieren pasar sus vacaciones junto a sus mejores amigos los que se plantean dónde ir, cómo y cuándo, porque viajar con animales es, en muchos casos, una carrera de obstáculos en la que se necesita más dinero, paciencia y la capacidad de renunciar a muchos destinos, eventos y atracciones por ir acompañado con nuestro fiel amigo.
Cómo moverse
El coche particular es el sistema ideal para viajar con animales. Sin embargo, esto no siempre es posible y recurrir al transporte público supone conocer las normas de cada compañía, ya que no hay reglas generales. Si en la mayoría de los países europeos las mascotas pueden viajar gratis en tren, en España esto solo es posible en los de cercanías.
Para distancias más largas, Renfe y AVE permiten llevar a un animal por persona (perros, gatos, hurones y aves que no sean de corral) si pesa menos de 10 kilogramos y va en un trasportín con unas medidas determinadas, pero si no se dispone de clase club o preferente hay que abonar un 25% del precio del billete.
Las líneas de autobuses obligan a que los animales vayan dentro de su bolsa en el maletero, junto a los bultos, algo bastante estresante para ellos. Avanza no cobra nada, pero en otras compañías, como Alsa, hay que pagar un recargo del 50% del precio del billete.
Volar con animales no siempre es fácil porque a las variables normas de las compañías aéreas se suman las de los países de destino, muchos de ellos con legislación bastante restrictiva en cuanto a animales. Iberia acepta animales pequeños en cabina, siempre y cuando su peso, sumado al del trasportín, no supere los ocho kilos.
El precio que hay que pagar es de 25 euros para volar por España, 50 euros para Europa y 150 euros para América. Si se compra el billete online hay que llamar para que nos confirmen que hay plazas para nuestra mascota, ya que solo están permitidos un determinado número de animales en cabina. Air France, Lufthansa, Alitalia y otras grandes compañías tienen condiciones similares a las de Iberia.
En el aire rige, como en otros ámbitos, la regla de que el bajo coste no simpatiza tanto con las criaturas peludas. Ryanair, por ejemplo, no admite mascotas, pero Vueling sí, lo mismo que Air Berlin. La documentación que todo perro debe tener si pretende volar es su microchip, la cartilla de vacunación puesta al día y el pasaporte internacional, que lo facilita el veterinario.
Las líneas marítimas permiten llevar animales, aunque estos no pueden viajar en la parte del barco en la que van los pasajeros, sino en casetas destinadas a ellos. Trasmediterránea permite visitar a la mascota durante el trayecto y, en algunos casos, hasta pasearla por cubierta. Los precios dependen del trayecto. Balearia, con similar filosofía, cobra 10 euros por animal.
Hoteles ‘pet friendly’
Los establecimientos hoteleros que admiten mascotas crecen en España, aunque el amor a los animales no es siempre la razón de este fenómeno.
Mònica Seirà, responsable de reservas de hotdogholidays.com, una web especializada en buscar alojamientos de vacaciones para perros y sus dueños, cree que esto se debe a que la crisis ha animado a muchos hoteles a abrirse al mercado.“Es en las normas donde se nota si realmente son pet friendly [amistosos con las mascotas] o no, ya que estos últimos suelen poner límites de peso al animal o pedir un suplemento por mascota y día”, dice Seirà.
Francisco Mediavilla, director de viajarconperros.es, recomienda llamar siempre al hotel para conocer los pormenores. “En España el término pet friendly es muy elástico y conviene asegurarse antes. Por ejemplo, hay muchos hoteles con esta denominación que solo admiten animales en invierno y no en verano, cuando están llenos; o los hay que no dejan que el perro se quede solo en la habitación mientras el dueño se va a cenar a un restaurante”.
El mercado de casas de alquiler también se ha abierto a ese porcentaje. “Entre un 10% y un 20% de los viajeros se trasladan con su mascota”, según Mediavilla. “Nuestra experiencia es que los propietarios son más flexibles, y al comprobar que la mayor parte de la gente es cuidadosa, van admitiendo más mascotas”, cuenta Mònica Seirà.
El gran lujo, como apunta Mediavilla, “mima más a los animales. Muchos hoteles de cinco estrellas, como el Ritz o el Palace, permiten mascotas, al igual que muchos restaurantes caros en Estados Unidos y Europa dejan entrar a perros pequeños”.
Hoteles exclusivos como The Muse Hotel, en Nueva York, conceden el tratamiento de VIP (very important pet, mascota muy importante) a los animales de compañía.
Aquí cuentan con su propia cama, servicios de masaje y acupuntura, y la ventaja de estar muy cerca de la Canine Court, que es el equivalente perruno a la Quinta Avenida.
Le Maurice (en París), The Milestone Hotel (en Londres) o Fairmont Miramar Hotel & Bungalows (en Santa Mónica, California) son otros destinos para perros bon vivants y sin problemas económicos.