El Salvador: playas y volcanes
El Salvador es uno de los países más pequeños de Centroamérica y no muy conocido por los turistas europeos.
Y sin embargo, se trata de una tierra llena de maravillas naturales, desde las bellas y salvajes playas en la costa del Pacífico hasta sus espectaculares volcanes.La cordillera volcánica salvadoreña es una de las más antiguas del mundo. Allí se levantan seis colosos que conservan el nombre que le dieron los primeros habitantes de estas tierras junto al que le dieron después los conquistadores españoles: Santa Ana (Ilameteq), San Miguel (Chaparrastique), San Vicente (Chinchontepeq), la Caldera de Ilopango, el hermoso volcán de San Salvador (Quezaltepeq), y el Izalco, también conocido como el faro del Pacífico.
Para conocer todos estos tesoros, los de la costa y los del interior, las autoridades turísticas de El Salvador han establecido la Ruta del Boquerón, que combina playas y volcanes, además de otros interesantes lugares como el Sitio Arqueológico la Joya del Cerén donde se describe cómo era la vida cotidiana de los mayas. Esta ciudad es conocida como “la Pompeya de Centroamérica”, puesto que fue arrasada por la erupción del volcán San Salvador en el año 590 d.C.
El mejor balcón para contemplar la majestuosidad de esta tierra de selvas y conos volcánicos es el Mirador Joyas Negras. Es también una importante zona natural habitado por zorros, coyotes y gavilanes entre otras especies.
Y si hablamos de playas, El Salvador ofrece un auténtico catálogo de maravillas. Por destacar las más famosas citaremos la de Costa del Sol, la más extensa, El Cuco, Las Flores (la favorita de los surfistas), Los Cóbanos, la bahía de Jiquilisco, El Tunco y el Golfo de Fonseca, el complejo de islas más grandes del país.