Excursiones en burro en la isla de Santorini Grecia
En Santorini, Grecia, se siguen utilizando los burros como importante apoyo para los quehaceres diarios de los habitantes de la isla
Santorini es uno de los archipiélagos más visitados de Grecia. Se trata de un conjunto de preciosas islas, en las que predominan las viviendas blancas con tejados y ventanas azules. Las casas, al encontrarse en lo alto de montañas, permiten disfrutar de unas de las mejores vistas del mar Egeo que alguna vez nos podríamos imaginar.
Hoy queremos hablaros de una tradición que se viene llevando a cabo desde hace cientos de años en esta isla. Y es que en Santorini, entre las diversas maneras de que disponen para trasladarse de un lugar a otro, está la de moverse en burro, una actividad que poco a poco se ha convertido en toda una atracción para viajeros de todo tipo.
Aunque pueda sonar a truco para atraer a los turistas, lo cierto es que, de hecho, se trata del negocio más antiguo de la isla. Lugareños de Santorini empezaron a ofrecer servicios de transporte, excursión y medios de carga desde el puerto hasta los cascos urbanos de las distintas islas, y hoy se ha convertido en todo un recorrido turístico que no deja de perder el encanto de ver la isla desde otra perspectiva.
En Fira, la capital de Santorini, por ejemplo, podemos encontrar grandes pendientes y desniveles de la montaña. Aunque sus habitantes disponen de un funicular para facilitar el acceso al centro de la localidad, tanto locales como extranjeros siguen eligiendo subir en burro. Y es que estos dóciles animales se han convertido en una seña de identidad y se podría decir que ya constituyen parte del paisaje y la tradición de la isla.
El recorrido en burro se realiza tal cual se hacía antiguamente. Al llegar al puerto, una larga fila de burros están esperando a los visitantes. Los encargados ayudan a los viajeros a montarse encima de los burros y a partir de ahí nadie les acompaña. Los animales están tan acostumbrados que se saben el camino de memoria y nada los distrae del recorrido.
La sensación que produce estar a lomos de los burros es verdaderamente única. Desde lo alto del recorrido, al mirar hacia abajo se pueden disfrutar de unas increíbles vistas, con las típicas casas de estilo griego y los estrechos caminos por el que pasan el resto de burros, a lo largo de las empinadas colinas.
Esta práctica forma parte de los quehaceres diarios de los habitantes de Santorini, por lo que la gente de la isla trata a estos animales con respeto y cariño. Incluso disponiendo de un funicular que haría el recorrido en menos tiempo, hay personas que todavía siguen prefiriendo el burro como medio de transporte, algo que no deja de ser curioso a día de hoy.
Poder conocer y experimentar prácticas tradicionales de los lugares que visitamos surge como una de las prácticas más placenteras de los amantes de los viajes. Hacer una excursión a lomos de los burros de Santorini, algo que desde luego no veremos en otro lugar, es un ejemplo de ello.
Santorini es uno de los archipiélagos más visitados de Grecia. Se trata de un conjunto de preciosas islas, en las que predominan las viviendas blancas con tejados y ventanas azules. Las casas, al encontrarse en lo alto de montañas, permiten disfrutar de unas de las mejores vistas del mar Egeo que alguna vez nos podríamos imaginar.
Hoy queremos hablaros de una tradición que se viene llevando a cabo desde hace cientos de años en esta isla. Y es que en Santorini, entre las diversas maneras de que disponen para trasladarse de un lugar a otro, está la de moverse en burro, una actividad que poco a poco se ha convertido en toda una atracción para viajeros de todo tipo.
Aunque pueda sonar a truco para atraer a los turistas, lo cierto es que, de hecho, se trata del negocio más antiguo de la isla. Lugareños de Santorini empezaron a ofrecer servicios de transporte, excursión y medios de carga desde el puerto hasta los cascos urbanos de las distintas islas, y hoy se ha convertido en todo un recorrido turístico que no deja de perder el encanto de ver la isla desde otra perspectiva.
En Fira, la capital de Santorini, por ejemplo, podemos encontrar grandes pendientes y desniveles de la montaña. Aunque sus habitantes disponen de un funicular para facilitar el acceso al centro de la localidad, tanto locales como extranjeros siguen eligiendo subir en burro. Y es que estos dóciles animales se han convertido en una seña de identidad y se podría decir que ya constituyen parte del paisaje y la tradición de la isla.
El recorrido en burro se realiza tal cual se hacía antiguamente. Al llegar al puerto, una larga fila de burros están esperando a los visitantes. Los encargados ayudan a los viajeros a montarse encima de los burros y a partir de ahí nadie les acompaña. Los animales están tan acostumbrados que se saben el camino de memoria y nada los distrae del recorrido.
La sensación que produce estar a lomos de los burros es verdaderamente única. Desde lo alto del recorrido, al mirar hacia abajo se pueden disfrutar de unas increíbles vistas, con las típicas casas de estilo griego y los estrechos caminos por el que pasan el resto de burros, a lo largo de las empinadas colinas.
Esta práctica forma parte de los quehaceres diarios de los habitantes de Santorini, por lo que la gente de la isla trata a estos animales con respeto y cariño. Incluso disponiendo de un funicular que haría el recorrido en menos tiempo, hay personas que todavía siguen prefiriendo el burro como medio de transporte, algo que no deja de ser curioso a día de hoy.
Poder conocer y experimentar prácticas tradicionales de los lugares que visitamos surge como una de las prácticas más placenteras de los amantes de los viajes. Hacer una excursión a lomos de los burros de Santorini, algo que desde luego no veremos en otro lugar, es un ejemplo de ello.