Mucho es lo que se escribe acerca de las Islas Malvinas y su controvertida situación política en el estira y afloja por su autonomía, con relación a Argentina y el Reino Unido.

Tal vez por ello generalmente se pase por alto el gran valor turístico que tiene este pequeño archipiélago a nivel continental. Las Islas Malvinas son muy interesantes para visitar y no solo por sus playas, que las tienen y muy admirables, sino también por las demás atracciones que ofrecen a los visitantes. Buena parte de estos valores turísticos de las Malvinas se relacionan con el ecoturismo, como veremos en los párrafos que siguen.

Si bien las playas de Las Malvinas- como las de Rosario- no son recomendables para nadar en ellas, por el frío ambiente que impera en esta región austral del mundo, sí que lo son para contemplar hermosos paisajes del entorno silvestre. Lo mismo sucede en el caso de la rica biodiversidad local, ya que son muchas las especies de animales que los visitantes pueden avistarse en las playas y aguas circundantes a las Malvinas: pingüinos, leones marinos, albatros, delfines, ballenas, y muchas más.

Por otro lado, la capital del archipiélago, la comunidad de Stanley, es pequeña pero moderna y con un gran estilo. Pero no es la única población que merece conocerse en las Malvinas, puesto que también tienen lo suyo sitios como Puerto San Luis, Playa de los Voluntarios, Isla de los Leones Marinos, Isla Vigia, Isla del Rosario, Isla Remolinos o Isla del Rosario. Es aconsejable contratar un tour que nos lleve a los puntos más fascinantes de estas islas, desde las inmediaciones de Stanley, hasta apartados parajes naturales, solo habitados por pingüinos y mamíferos marinos.

Como hemos visto, no es poco ni de escaso interés lo que tienen las Malvinas para el goce de los turistas. Y más allá de los problemas políticos mencionados previamente, este archipiélago austral, por la pureza e inocencia de su ambiente silvestre, merece ser conocido por la mayor cantidad posible de personas. Apoyar a la comunidad de las Islas Malvinas, gracias al turismo, es una vía divertida e instructiva de coadyuvar a que se regule su autonomía y de preservar su esencia, tanto silvestre como política. Por ello, cada vez que se recorra el continente sudamericano, vale la pena hacer una escala en las Islas Malvinas, para gozar de sus playas y mucho más.