La moda viajera, en el ámbito de la fotografía, que actualmente está causando furor en internet (si tenéis Facebook quizá ya os ha llegado algún input) es tan rara, rocambolesca y de mal gusto que asombra su difusión.

Estamos, sin duda, ante uno de efectos colaterales (nocivos) de la democratización de los viajes. En pocas palabras se puede resumir con tomar fotografías de bellos paisajes situando los testículos en la parte superior, como si fueran una sombrilla, una luna, un meteorito peludo o cualquier otra imagen escabrosa y/o poética que podáis concebir.

Así se explica en pocas palabras, pero es que no se puede explicar en muchas palabras. Lo mejor es que os hagáis una idea contemplando la siguiente galería de fotos. La moda, tendencia o como queráis llamarlo, particularmente, me parece de mal gusto. Casi prefiero el postureo de toda la vida. Pero oye, hay gente para todo.

El nombre de esta nueve fiebre es Nutscaping, y apareció por primera vez en el año 2007. Por cierto, sus creadores advierten que solo son admisibles los testículos. Nada de penes. Quizá termina por sofisticarse de tal modo que hasta tiene su punto artístico reconocido internacionalmente. Pero miedo me da empezar a ver los principales atractivos turísticos del mundo rodeados de gónadas.