La Guajira
Visitar la Guajira, además de brindarnos una oportunidad de disfrute ecoturístico de alto nivel, nos permite gozar de bellas playas sin aglomeraciones de turistas y además, de conocer su entorno apacible y paradisiaco.
Si existe en toda Colombia un lugar para olvidarse por completo de los problemas y las presiones cotidianas, ese es la Guajira. Pero además, visitar esta magnífica zona, justo en el área más al norte de Sudamérica, nos permite acercarnos al ritmo de vida de las comunidades indígenas de la región, a sus pintorescas costumbres y hábitos de vida.Finalmente, en especial para los turistas mochileros, es decir, aquellos viajeros afectos a las travesías rústicas y llenas de oportunidades de aventura, es muy sugestiva la experiencia de pasar la noche en un fresco chinchorro, con la luz de las estrellas en lo alto y el mar a tan solo unos pasos, y sentir la magia del extremo norte de la nación colombiana.
Y es que precisamente allí aparece el Departamento de la Guajira, territorio en donde habitan los indígenas Wayuu, cuyo número supera los 300,000 individuos. Ellos tienen sus propias costumbres, preservan antiguos conocimientos y han sabido mantenerse a salvo de cualquier intrusión a su silvestre entorno.
Qué visitar en La Guajira
La proyección turística de la Guajira nos invita a no quedarnos en una misma playa, como a veces sucede en otros destinos, sino más bien, se presta para llegar a Punta Gallinas, el cual es el sitio más al norte de América del Sur. Una vez que se ha arribado a Punta Gallinas, la vivencia es casi indescriptible. Los guías de este recorrido- miembros de la etnia wayuu-dejan a los visitantes en una playa solitaria, pura, limpia, con los chinchorros perfectamente instalados en ciertos espacios nombrados como “enredaderas”. Allí se puede dormir a gusto.
Por sus particulares características, estar en las playas de La Guajira- como las que nos presenta Punta Gallinas- se puede considerar como una gran experiencia vacacional. Es un paraje verdaderamente poco frecuentado, tanto en lo que se refiere a turistas nacionales, como extranjeros. Es un lugar lleno de encanto, en donde se escucha la naturaleza, los vientos, las corrientes de agua chocando con el mar. Uno solo tiene contacto humano con las demás personas que están tomando el tour. No hay música, ni gritos de entusiasmo o de asombro, ni nada que perturbe la paz, a menos que los propios visitantes generen tales sonidos. Pero antes de llegar a Punta Gallinas se debe pasar por un trayecto rebosante de aventura, en un vasto desierto bañado por el mar y en un entorno de cactus donde la civilización no ha dejado su huella y difícilmente lo hará alguna vez.
Otro de los lugares imperdibles de la Guajira es La Macuria, un parque nacional natural de los mejores que hay en Colombia y además, un territorio sagrado para los Wayuu.
Cómo llegar a La Guajira
Para llegar a La Guajira, desde la capital del país, Bogotá u otras urbes que ofrezcan esta conexión, se requiere tomar un avión rumbo a Riohacha. Desde este punto se sigue hasta Manaure y sus impresionantes salinas, Uribia, la ciudad indígena más relevante de Colombia y luego, finalmente Cabo de la Vela.
Información relevante acerca de La Guajira
El mencionado Parque Nacional Natural La Macuria, es un sitio verde y abundante en cuerpos de agua dulce donde aparecen también varias dunas de arena. También hermosa es la cercana Laguna de los Patos, donde los turistas pueden observar un increíble paisaje conformado por el mar, las dunas de arena y los siempre agitados patos.
Actividades a realizar en La Guajira
Para los ecoturistas, en el marco de esta misma travesía, aparece, al sur de Riohacha, el Santuario de Flora y Fauna Los Flamencos, en donde se mezclan las aguas del mar y la laguna, en un ámbito de tibias aguas de poca profundidad, perfectas p0ara cultivar camarones. Tal es el motivo por el cual los flamencos rosados eligen este lugar, año con año, como una escala infaltable en sus travesía migratoria.
De tal manera que el exótico ambiente y la variedad de especies de aves que allí se congregan hacen de este paraje un paraíso para los observadores de aves.