Las islas del archipiélago toscano
Son siete las islas del archipiélago toscano: Elba, Giglio, Giannutri, Capraia, Pianosa, Montecristo y Gorgona.
La mayor de ellas es la Isla de Elba. La tercera más grande de todas las islas del Mediterráneo, es una fuente inagotable de cosas que ver y, por lo tanto, requiere un tiempo de permanencia mayor si se la quiere conocer bien. Los municipios de la isla son ocho, cada uno con su particular atractivo.
También las otras seis islas se diferencian cada una de ellas por una determinada particularidad, pero todas ellas tienen en común la naturaleza salvaje que las circunda.
En la isla de Giglio, además de los paisajes, hay que destacar las características de las zonas urbanas: en particular no hay que dejar de visitar el puerto de Giglio Porto, los pintorescos rincones y los restos de la fortaleza pisana de Giglio Castello, la bahía del Campese y las calas en la zona de Punta Capel Rosso. Un inolvidable espectáculo que conjuga perfectamente naturaleza e intervención humana.
En Capraia los apasionados de las inmersiones encontraran magníficos fondos marinos, donde se acumulan notables restos arqueológicos submarinos.
Montecristo (reserva natural desde 1971) es la isla más salvaje y menos habitada del archipiélago. Son poquísimos los edificios presentes, entre los cuales se puede visitar la villa inglesa del siglo XIX de Watson-Taylor.
El triunfo de la naturaleza más pura y de la simplicidad de la vida se puede respirar a pleno pulmón en la romántica Giannutri, con su particular forma de media luna, y en Pianosa, donde se pueden admirar los restos de la villa romana de Agrippa.
En la estupenda Gorgona, a la que se accede sólo con permisos especiales debido a la presencia de un penitenciario, se encuentran las bellísimas playas de Cala Marina y Cala Scirocco.