Hay personas que con su sola existencia son capaces de marcar el destino de una nación.

Se trata de hombres y mujeres cuyas circunstancias de vida las colocan en auténticas encrucijadas no solo para definir su porvenir personal, sino también el de toda la comunidad donde habitan. Ese es el caso de Leona Vicario, una de las presencias más trascendentes en la lucha de independencia que le permitió a la Nueva España conseguir su autonomía frente a la corona española.

Vicario fue una mujer de gran carácter y determinación cuyas acciones en los tiempos de las gestas insurgentes fueron capitales para encausar la ruta histórica de México como una nación independiente. En vísperas de las Fiestas Patrias siempre es oportuno recordar la presencia de una figura histórica como Leona Vicario y visitar los lugares donde llevó a cabo su actividad insurgente.

María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, mejor conocida como Leona Vicario, fue una de las figuras de mayor peso en la Guerra de la Independencia Mexicana. Fue además integrante del grupo de “Los Guadalupes”, informadora de los independentistas y una tenaz impulsora del feminismo en México.

Como miembro del grupo secreto de “Los Guadalupes” Leona Vicario colaboró con los rebeldes, transmitió noticias e información virreinal y envió dinero y medicinas a los insurgentes. Estuvo en prisión un tiempo y luego estivo en Tlalpujahua, actual Pueblo Mágico del Estado de Michoacán donde se casó con Andrés Quintana.

Tras la jura de la Constitución de Cádiz en 1820, Vicario se trasladó con su familia a la Ciudad de México. La nación ya independiente le concedió en gratitud por su actividad en la Independencia Mexicana varios honores y premios. Murió el 21 de agosto de 1842 en la Ciudad de México y poco después fue nombrada como la 'Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria'.