Leyendas de naufragios en las playas de Rocha, Uruguay
Son numerosos los naufragios que se han producido en las cercanías de las playas de Rocha, a lo largo del tiempo, incluso desde los días en los que Juan Díaz de Solís, descubrió el Río de la Plata.
Tales eventos, aún siendo trágicos, han llegado a formar parte de la proyección histórica de esta región de Uruguay: son acontecimientos que han marcado la cultura y tradiciones del Departamento de Rocha. Desde hace cien años, los faros de Cabo Polonio y La Paloma han ayudado a prevenir los hundimientos en las costas rochenses. Sin embargo, los lugareños comparten con los turistas fascinantes historias y leyendas de bucaneros, tesoros escondidos y embarcaciones hundidas desde los primeros tiempos de esta zona charrúa.Algunos restos de esos navíos yacen en las profundidades de estas costas, en tanto que otros aparecen diseminados en las playas, como permanentes testimonios de su trágico destino. Como quiera que sea, los naufragios de las costas de Rocha se han integrado a la oferta turística del lugar. Los visitantes, además de disfrutar de los atractivos naturales y de la cordialidad lugareña, resultan cautivados al escuchar las leyendas de estos naufragios y al contemplar los restos de los barcos hundidos en la zona. No se sabe con exactitud cuántos naufragios se han presentado en las playas de Rocha, ni cuantas personas lograron sobrevivir a estos eventos, pero cada uno de esos hundimientos se ha mantenido vivo en las tradiciones y referencias culturales de los lugareños.
Algunos de los naufragios más famosos de las costas de Rocha son el del barco de Francisco Torres, en 1516, el cual formaba parte de la expedición de Juan Díaz de Solís; el del barco Arinos, en 1875, el cual se hundió en las cercanías de Aguas Dulces; el que llevó al fondo del mar, al acorazado carioca Solimoes, que le costó la vida a 123 navegantes; o bien, el de la embarcación militar argentina Rosales, en donde solo sobrevivieron 20 personas.
Uno de los naufragios más impresionantes de los que se haya tenido noticia en las playas de Rocha, en el Uruguay, fue el del barco Poitou, justo enfrente de la playa Las Garzas, en las proximidades de La Paloma. Todo ello aconteció en 1907. Era un colosal navío de 2,900 toneladas que provenía de Francia. Por la densa niebla, los navegantes del Poitou confundieron el faro rochense de Santa María, con el de la Isla de Lobos, que se encuentra en Maldonado. Como consecuencia, el inmenso barco terminó encallando en las costas de Rocha, con fatídicas consecuencias.