Piran
Piran es una ciudad de especial valor.
Se trata del monumento cultural urbano mejor conservado de la Istria eslovena y la ciudad más cercana al mundano Portorož. Todas las vistas, de lejos y desde el aire, asombran. Las personas y los teleobjetivos se enamoran, su imagen es reconocida en todo el mundo. Pero también es interesante ver no sólo el centro de la imagen, sino también el fondo y los detalles, que a veces, de lejos, dejamos de lado.Hay que acercarse a ver y vivir la arquitectura de la ciudad, con el fuerte influjo sobre todo de la República de Venecia, que ha caracterizado también otras ciudades istrianas. Piran, a lo largo del tiempo, mantuvo su trazado medieval de callejuelas estrechas y casas apretadas que se leventan en escalones sobre la pendiente, el contacto con el mar, numerosas plazas y diez iglesias.
La plaza Tartini, que orgullosamente adorna el centro del casco histórico, debe su nombre al famoso violinista Giuseppe Tartini, quien diera a conocer el nombre de Piran al mundo y cuya estatua es el punto principal de la plaza. Como un cálido abrazo, rodean la ciudad sus murallas, merced a las cuales Piran es un importante miembro de la Red europea de ciudades amuralladas. Piran en su totalidad es un monumento protegido, por ello sus habitantes viven pricipalmente del turismo y la temporada no tiene límites.
Las manifestaciones al aire libre y en los diversos edificios que llevan el nombre de piraneses célebres de toda su historia, se suceden a lo largo de las cuatro estaciones. En la colina sobre la ciudad se levanta la iglesia de San Jorge, patrono de Piran. De aquí se extiende la vista de Piran y sus alrededores, que a través del mar llega incluso a las costas italiana y croata. Dos hoteles, un albergue de la juventud, numerosas habitaciones particulares, iglesias, galerías, museos, el acuario: todo nos invita a llegar y quedarnos.