Sacúdete el miedo a viajar
Lanzarse sola a la aventura muchas veces supone vencer un gran obstáculo: el miedo.
Viajar a lo desconocido, sin saber si sabremos desenvolvernos en el nuevo medio, si nos haremos entender o si sabremos cómo resolver las diferentes situaciones que se nos presenten nos paraliza y nos inventamos excusas para aplazar el viaje, a veces indefinidamente.Me llegan muchos mails de mujeres a quienes les encantaría dar ese paso y viajar ¡pero no se animan! Te propongo algunas ideas para vencer tu miedo.
Enfrentadas ante una piscina, hay personas que deciden pegar un salto y zambullirse sin siquiera haber tocado el agua para ver qué temperatura tiene. Saltan sin mayores vacilaciones.
También están quienes se acercan a la piscina, tocan el agua con un dedito del pie, luego con el pie entero… lentamente se sientan en el borde de la piscina y sumergen parte de las piernas para aclimatarse… y de a poco se van metiendo… ¡hasta que finalmente se zambullen!
Esta analogía entre viajar y meterse a una piscina es muy gráfica y creo que todos nos podemos sentir identificados. Hoy les voy a escribir a aquellas personas que van entrando “poco a poco al agua”.
Si quieres realizar un largo viaje, adentrarte en lo desconocido pero no te animas a coger un vuelo y aterrizar en una cultura aparentemente opuesta a la tuya y a miles de kilómetros de tu casa… haz como cuando te metes a la piscina… hazlo de a poquito.
Puedes comenzar con una “escapada” de 2 o 3 días a una zona rural en tu país; de esta manera cambiarás drásticamente el paisaje cotidiano y dejarás atrás “lo conocido y cómodo”.
Tendrás que encontrar la manera de llegar a tu destino, preguntar por las opciones que el nuevo destino brinda y lo más importante: disfrutar. Para una escapada a la naturaleza puedes buscar alojamiento o ideas en la página especializada Clubrural.
Luego de haber dado este paso inicial y verificar que tienes más habilidades para desenvolverte en otros medios de las que creías, puedes coger un fin de semana largo y dar un paso más grande aún: ir a algún destino en el que no hablen tu idioma.
La idea de esta escapada es que desarrolles tus habilidades de comunicación no verbal y experimentes las sensaciones de estar en un destino en el que no entiendes nada: ni el menú del restaurante, ni al conductor del taxi, ni las señalizaciones de las calles.
En Europa es más fácil, porque casi cada país que compone la Unión Europea habla un idioma diferente, pero en Suramérica las opciones son menos y están a grandes distancias. En este último caso te recomiendo entonces que viajes a otro país, pero no a su capital o ciudad más importante, sino que viajes a una zona no acostumbrada a recibir turismo y que seguramente tendrán sus giros idiomáticos.
Intenta que cada viaje que realices signifique un reto para ti. De a poco irás sacudiéndote el miedo de los hombros y tanto tu mente como tu cuerpo te pedirán viajar a nuevos destinos, cada vez más alejados y exóticos.
La idea es que no dejes que el miedo aplaste tus grandes ilusiones de viajar y recorrer el mundo y que, pasito a pasito, pongas en marcha tus sueños… pero te advierto algo: viajar es adictivo, una vez que pongas “la miel del viaje” en tus labios siempre querrás más!