Sant Antoni de Portmany
La isla de Ibiza, que compone el archipiélago de las Pitiusas junto con Formentera, cuenta con la bella población de Sant Antoni de Portmany.
A orillas de la bahía del mismo nombre, esta ciudad balear posee un interesante casco histórico y maravillosas aguas transparentes. Su gran oferta de alojamiento y de ocio es una de las más atractivas de la isla. Paseos tranquilos por calas y pinares son la otra cara de una población que destaca por su vida nocturna.El litoral de Sant Antoni posee multitud de calas y playas que surgen entre las rocas y los bosques de pinos. Son aguas tranquilas y transparentes aptas para el baño de los más pequeños donde, además, se puede practicar el buceo. La accidentada costa deja grandes arenales, así como calas escondidas y más apartadas. Esta variedad ofrece al visitante todo tipo de servicios en algunas de ellas, mientras que en otras lo destacable es la tranquilidad y las excelentes vistas.
Paseos y rutas
Además de practicar cualquier deporte náutico, Sant Antoni brinda la oportunidad de recorrer espectaculares paisajes naturales en diferentes itinerarios, como las que se engloban dentro de las Rutas del Halcón. El mirador de Ca´n Bernadet, con magníficas vistas sobre la bahía, es una buena meta. Cerca de Cala Salada, de profundo sabor marinero, se abren los acantilados de Cap Nunó, con impresionantes cortes.
Un día de descanso en la playa puede completarse con una animada noche en cualquiera de los muchos establecimientos de ocio. Por las calles del casco urbano, el paseo marítimo y por toda la bahía se dispersan restaurantes, terrazas, bares de copas y discotecas. Algunos de los locales de moda se enclavan a orillas del mar, como es el caso del famoso 'Café del Mar', desde donde se puede disfrutar de uno de los más bellos atardeceres de toda la isla.
Patrimonio cultural
El origen de Sant Antoni de Portmany se remonta a tiempos prehistóricos, como demuestran los hallazgos encontrados: hachas de bronce y pinturas rupestres de temprana datación. Llamada Portus Magnus por los romanos y Portumany por los árabes, se fragua como núcleo urbano tras la reconquista del rey Jaume I.
En el siglo XIV se levanta la iglesia de Sant Antoni y, a su alrededor, el primitivo germen de esta ciudad. La fortificación de esta iglesia, y de casi todas las ibicencas, se produce en el siglo XVI para repeler el ataque de los piratas y corsarios. Para asegurar su posición estratégica se construye un cinturón de torreones, que bordean la costa isleña, en el siglo XVII. Rodeada por impresionantes acantilados, se levanta la fortificación defensiva de las Torres d´en Lluc. Monumentos que se pueden admirar en diferentes puntos de la geografía de Sant Antoni.
Sant Antoni de Portmany es la segunda población más habitada de Ibiza y agrupa a las parroquias de Santa Agnès de Corona, Sant Mateu d´Albarca y San Rafael de Forca. En estos lugares es donde se levantan los templos religiosos de la zona. La iglesia de Sant Antoni de Portmany data del siglo XIV y destaca por su torre de planta poligonal. En Santa Agnès se encuentra una capilla subterránea, muy bien conservada, dentro de una cueva. La iglesia de Sant Rafael domina unas hermosas vistas de las islas de Ibiza y Formentera, mientras que la de Sant Mateu posee un magnífico atrio con triple arcada y capillas de bellas proporciones arquitectónicas.
Gastronomía
Además de un amplio repertorio de cocina internacional, Sant Antoni de Portmany prepara un sabroso plato: la ensalada pagesa. Rodajas de patata cocida se mezclan con cebolla, pimientos rojos asados y berenjena. Entre los pescados es reseñable el mero al horno (enfós a n´es forn) y como postre el flaó, una tarta elaborada con queso, huevos y hierbabuena. Todo ello acompañado de los vinos de la Denominación de Origen Binissalem-Mallorca.
Las recoletas dimensiones de la isla de Ibiza hacen posible recorrerla en su totalidad sin muchas dificultades. Santa Eulària des Riu es un excelente punto de partida ya que aquí, además de sus playas, podemos disfrutar de los restos de un puente y una necrópolis romana, y de la iglesia fortificada que se alza sobre el Puig de Missa. Un antiguo pueblo de pescadores, Portinatx ofrece en la actualidad una costa escarpada de hermosas panorámicas. Ibiza, la capital de la isla, combina un importante legado histórico con una biodiversidad natural, ambos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La zona monumental de Dalt Villa, la necrópolis de Es Puig des Molins o los fondos marinos de sus calas merecen un detenido recorrido.