Siete momentos cubanos
Para disfrutar plenamente de la nueva Cuba hay que dejarse llevar por los cubanos.
Aunque para eso hay que estar dispuesto a bailar salsa en cualquier rincón desde primera hora de la mañana, a dormir en camas con colchas de seda fucsia y a montar en coches que se desarman a cada kilómetro. Eso sí, la aventura, la diversión y el paraíso están garantizados. Estos son siete planes imprescindibles en esta isla del Caribe.1. Ruta a caballo por el Valle de Viñales
Qué mejor forma de adentrarse en la frondosa naturaleza que cabalgando entre los llamados mogotes, las pequeñas montañas de roca caliza que caracterizan el paisaje de esta zona tropical. Recomendamos una excursión de aproximadamente tres horas y no más de 15 euros en la que se visitan las típicas plantaciones de tabaco de este valle declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Viñales es un municipio de la provincia de Pinar del Río, a 185 kilómetros al oeste de La Habana, donde sus habitantes se balancean con sus mecedoras en los porches de sus coloridas casas.
2. Baño cubano en Cayo Jutías
Menos de una hora separa esta paradisíaca playa del centro de Viñales. Un cayo poco turístico, frecuentado más bien por gente local, pero que no deja nada que envidiar a las playas que aparecen en las postales de Varadero. Arena blanca, aguas claras, troncos en la orilla sobre los que apoyarse saboreando un delicioso coco… En ella se encuentran un par de chiringuitos idóneos para tomar un arroz con langosta mientras una banda musical anima a bailar al personal con su pegadiza salsa. Una de las excursiones recomendadas es montar en lancha hasta un banco de arena en mitad del mar donde poder bañarse con estrellas que reposan en el fondo.
3. El Orquideario y el Salto de Soroa
Los amantes de las orquídeas podrán disfrutar en el jardín botánico de más de 20.000 ejemplares, el Orquideario de Soroa, distribuidos por sus 35.000 metros cuadrados. La entrada cuesta tres euros y las vistas desde sus miradores se grabarán en la memoria de todo aquel que lo visite. A pocos kilómetros está el Salto de Soroa, bautizado como el Arcoíris de Cuba, una cascada de 22 metros de altura en la que además está permitido bañarse.
4. Ver atardecer desde el Morro en La Habana
Un túnel atraviesa la bahía hasta llegar a la fortaleza de San Carlos de La Cabaña y el castillo de los Tres Reyes Magos del Morro, un lugar excepcional para divisar el skyline de La Habana al caer el sol. No se puede llegar a pie, por lo que se recomienda negociar un taxi por unos tres euros o coger el ferri que sale del puerto. Desde la fortaleza, todas las noches se dispara el llamado Cañonazo de las Nueve, una solemne ceremonia en la que soldados vestidos con atuendos al estilo del siglo XVII rememoran el cierre de la ciudad.
5. Ambiente nocturno en Trinidad
La alegría innata de la gente cubana se contagia a cada paso por esta ciudad de calles empedradas. Las amplias escaleras que dan acceso a la Casa de la Música invitan a sentarse mientras media docena de camareros de bares diferentes compiten por vender mojitos a los turistas. Al cierre de los bares, como si de una estampida se tratara, mucha gente se traslada andando a la famosa Cueva donde se ubica la peculiar discoteca Ayala. El son de la música retumba en los recovecos de la gruta, donde, según cuenta la leyenda, se refugió el asesino Carlos Ayala para matar cruelmente a niños.
6. Relajarse en Playa Pilar
Un terraplén artificial conecta con el archipiélago Jardines del Rey, donde se encuentran Cayo Coco y Cayo Guillermo. Dos paraísos de aguas turquesas repartidas entre los complejos hoteleros de lujo que invaden sus orillas. Las auténticas vacaciones de un todo incluido, tomando cócteles dentro de la piscina, descansando en una hamaca situada al final de un muelle de madera, bañándose en las orillas eternas de agua caliente, contemplando las colonias de flamencos, buceando por la barrera coralina de 400 kilómetros, pescando o navegando a vela por sus tranquilas aguas. Sin faltar la excursión a Playa Pilar, considerada una de las mejores de Cuba, nombrada así en honor del yate de igual nombre del novelista Ernest Hemingway.
7. Visita al Che en Santa Clara
Una zona amplia rodea la escultura de casi siete metros y más de 20 toneladas dedicada a Ernesto 'Che' Guevara, levantada por el escultor José Delarra. Está elevada sobre un pedestal de unos 10 metros sobre el suelo donde se puede leer la revolucionaria frase: “¡Hasta la victoria siempre!â€. En su base hay un mausoleo donde descansan sus restos y los de 29 compañeros que murieron con él en 1967, durante el intento de Guevara de impulsar un levantamiento armado en Bolivia.