Las playas del continente americano, especialmente los hoteles que allí se localizan, son espacios privilegiados para la práctica del waterpolo o polo acuático.

Se trata de una disciplina deportiva que se realiza, por lo común, en una alberca en la cual contienden dos equipos. El propósito del juego es anotar la mayor cantidad de goles en la portería contraria a lo largo de tiempo que dura el encuentro. Las escuadras están integradas por seis jugadores y un arquero. Los equipos se distinguen uno de otro por los colores de los gorros que portan sus integrantes. Habitualmente el equipo local utiliza gorro blanco y el visitante gorro azul. Los porteros, por su parte, llevan gorros rojos.
En los juegos de waterpolo se sancionan faltas, se manejan expulsiones tanto temporales como definitivas. Además, los partidos de waterpolo se dividen en cuatro periodos de juego efectivo- esto es, el tiempo en que la pelota se encuentra en juego-, de 8 minutos cada uno. Es importante señalar que los jugadores de waterpolo tienen prohibido pisar el suelo de la alberca y por lo general, la profundidad de ella, no se los permite.
Así entonces, quienes practican el waterpolo tienen que mantenerse a flote durante todo el encuentro, lo cual hace que consuman una gran cantidad de energía. Es un juego tan agotador como fascinante. Los equipos tienen permitidos 30 segundos de posesión de la pelota, para intentar un lanzamiento al arco contrario.
Ningún participante del juego, a excepción del portero, puede sujetar la pelota con las dos manos, en ninguna zona del campo. Si esto no se respeta, se señalará falta en contra del infractor. En este deporte acuático, los jugadores pueden anotar con cualquier parte del cuerpo, a excepción del puño cerrado. Hasta que un jugador no suelte la pelota, cuando sea hundido por un rival, el árbitro no señalará nada y las acciones del juego continuarán.
Ahora bien, las posiciones que se manejan en el juego son las siguientes: el boya, casi siempre el jugador más fuerte, pesado y con mayor potencia de tiro; los extremos, dedicados a jugar en coordinación con el boya; el central, por su parte se ubica en la misma línea que el boya pero a una mayor distancia de la portería, por lo cual debe ser muy diestro al momento de enviar pases largos. Finalmente tenemos a los laterales, los cuales tienen como cometido penetrar y dinamizar las ofensivas de un equipo.