Vive una aventura pirata en Acapulco
El Fuerte de San Diego, construido en 1616, está apostado en una colina desde donde se avista el puerto.
Tras un terremoto en 1776 fue reconstruido y entonces adquirió su forma actual, que le ha valido el título del bastión histórico más importante y la mayor fortaleza marina del océano Pacífico. Dicha construcción resguardaba el área de carga y descarga de la mítica nave Nao de Manila, perteneciente a la colonia española. De esta manera se protegían los hispanos de las piraterías inglesa y holandesa.La edificación es una fortaleza clásica de cinco alas rodeada por un foso en cuyo interior se aloja un fascinante museo con documentos históricos en español e inglés. Los raros objetos que ahí se exhiben te brindarán una idea del intercambio cultural y comercial entre Asia y Europa, del cual México, en especial Acapulco, era un punto nodal. Este museo está abierto de martes a domingo de 10 a.m. a 6 p.m. Ahí se lleva a cabo un espectáculo de luz y sonido; se puede solicitar un precio especial a grupos.
La catedral de Nuestra Señora de la Soledad se encuentra a unos pasos del fuerte y combina diferentes estilos arquitectónicos, los cuales se fueron amalgamando durante el largo proceso de construcción. Tiene una fachada blanca y austera con dos torres laterales recubiertas por mosaicos amarillos. A primera vista se asemeja más a una iglesia ortodoxa rusa que a los templos mexicanos. Una mirada cautelosa permitirá descubrir los sutiles detalles neocoloniales y bizantinos, especialmente en la cúpula y las torres. El toque regional lo brindan los mosaicos que adornan el interior.
Puedes continuar la caminata hacia el Cerro de la Pinzona, donde se encuentra el mural que Diego Rivera tardó 18 meses en plasmar sobre uno de los muros de la casa de Dolores Olmedo. A lo largo de veinte metros, muestra con maestría y gran técnica el colorido y la fuerza del Quetzalcóatl, dios azteca representado como una serpiente emplumada. Este mural fue realizado con mosaicos y conchas de mar y a él le dedicó Diego los dos últimos años de su vida. Debido al clima tropical de Acapulco, y para evitar insolarte, te recomendamos realizar esta caminata al atardecer por el casco histórico de la ciudad.