Volcán Tacaná, el gigante de Chiapas
En la frontera entre Chiapas y Guatemala, emerge un majestuoso volcán de 4, 100 metros sobre el nivel del mar. Conocido localmente como {la casa de fuego} o {el faro del Sur}, el Volcán Tacaná es el símbolo de la zona conocida como el Soconusco y la principal atracción del área natural protegida que circunda al volcán.
En la reserva de la biosfera del volcán Tacaná abunda la vegetación, se pueden encontrar bosques mesófilos, y selvas tropicales. La flora va cambiando poco a poco con la altura, cuando de sobrepasan los dos mil metros, la selva nublada se transforma en un bosque con pinos, encinos y coníferas.
Desde la época prehispánica, el volcán Tacaná ha sido objeto de leyendas y veneración. A sus faldas se desarrolló la prospera ciudad maya de Izapa, la cual fue urbanizada tomando al volcán como referencia. Izapa alcanzó su apogeo entre el VI a.C. y el I d.C y fue misteriosamente abandonada.
Para todo montañista, ver el Tacaná implica un reto, subirlo no es difícil, lleva aproximadamente un día de caminata, con la posibilidad de acampar a medio camino. Las rutas de ascenso están bien marcadas, y son esencialmente dos: por Chiquihuites y Papales hasta el cráter, o bien por la línea fronteriza entre México y Guatemala.
Es posible subir al volcán en cualquier época del año, pero en temporada de lluvias es más peligroso, por ello se recomienda subir en el invierno y en Semana Santa, que es cuando se hacen los principales ascensos.
Al llegar a la cima nos espera una vista asombrosa, si el clima nos favorece, es posible contemplar al océano pacífico, acompañado de los múltiples poblados y las zonas verdes que circundan el volcán. México y Guatemala parecerán pequeños cuando se miran desde el cielo.
Cómo llegar
La ciudad más cercana al volcán es la ciudad fronteriza de Tapachula, desde ahí se puede llegar a la población Unión de Juárez, localizada a 10 km. del volcán, desde ahí es posible tomar la ruta de Talquian o Chiquihuites
En la reserva de la biosfera del volcán Tacaná abunda la vegetación, se pueden encontrar bosques mesófilos, y selvas tropicales. La flora va cambiando poco a poco con la altura, cuando de sobrepasan los dos mil metros, la selva nublada se transforma en un bosque con pinos, encinos y coníferas.
Desde la época prehispánica, el volcán Tacaná ha sido objeto de leyendas y veneración. A sus faldas se desarrolló la prospera ciudad maya de Izapa, la cual fue urbanizada tomando al volcán como referencia. Izapa alcanzó su apogeo entre el VI a.C. y el I d.C y fue misteriosamente abandonada.
Para todo montañista, ver el Tacaná implica un reto, subirlo no es difícil, lleva aproximadamente un día de caminata, con la posibilidad de acampar a medio camino. Las rutas de ascenso están bien marcadas, y son esencialmente dos: por Chiquihuites y Papales hasta el cráter, o bien por la línea fronteriza entre México y Guatemala.
Es posible subir al volcán en cualquier época del año, pero en temporada de lluvias es más peligroso, por ello se recomienda subir en el invierno y en Semana Santa, que es cuando se hacen los principales ascensos.
Al llegar a la cima nos espera una vista asombrosa, si el clima nos favorece, es posible contemplar al océano pacífico, acompañado de los múltiples poblados y las zonas verdes que circundan el volcán. México y Guatemala parecerán pequeños cuando se miran desde el cielo.
Cómo llegar
La ciudad más cercana al volcán es la ciudad fronteriza de Tapachula, desde ahí se puede llegar a la población Unión de Juárez, localizada a 10 km. del volcán, desde ahí es posible tomar la ruta de Talquian o Chiquihuites