Nuestro principal objetivo es crear conciencia en el turismo acerca de la gran riqueza de los litorales en el mundo, además de proyectar al turismo extranjero el inagotable potencial en cuestión de playas. Visita en tus próximas vacaciones las principales Playas del Mundo y ten experiencias de sol y playa que de tan gratas se quedarán para siempre en tu memoria.

y el clásico ... acapulcazo

Nota sobre y el clásico ... acapulcazo
BARRA VIEJA
BUSCA NUEVAS OPCIONES

¿Qué diablos iba a encontrar de nuevo en la playa chilanga por excelencia? Al decir «CasaYal'ma Ka'an», dos taxistas del aeropuerto levantaron la ceja y un tercero estuvo dispuesto a buscar por «allá lejos... por la Barra». Casi 20 minutos después vimos pasar un letrerito pequeño donde apenas se distinguía el nombre del hotel.
 
— ¡Es ahí, es ahí! —grité.

De frente teníamos una casa enorme  y ¡un timbre! Por lo visto, no había maleteros esperando para en la puerta para recibirnos. Apenas entramos el panorama cambió. Un estanque con todo y puentecito encima abría el paso a un exuberante jardín. Por ahí, en medio de la vegetación estaban distribuidos sólo siete bungalows en una especie de paraíso terrenal privado. Ahora entiendo por qué Javo, mi compañero de aventura, decidió llevar a su esposa.

PONTE ZEN
Una vez dentro de los palafitos, además de calmar mis ganas de convivir con la naturaleza, encontré saneamiento a mi culpa ecológica citadina: la habitación era de madera, totalmente hecha a mano, con techo de palma y sostenida por pilares, el grifo del lavabo había sido sustituido por una caña, la regadera por un coco, los amenities eran caseros. Y nada, nada de televisión. Para rematar, al salir a la terraza, una suave brisa con esencia de eucalipto me bañó sutilmente, aligerando el calor. Me sentí cual verdurita de Superama.
 
Mi primera misión sería la dificilísima tarea de tirarme al sol. Me encontré con una playa —lo juro— totalmente desierta. Hasta donde la vista alcanzaba no había más que arena y mar. ¡Diablos! Estaba en un Acapulco que nadie conoce. Me tumbé en una enorme cama blanca y disfruté de horas rostizándome al sol, con un mesero que no paraba de traerme cocos y ¡sin un vendedor ambulante en los alrededores!

Para la cena, nos tenían preparada otra sorpresa. Una cena romántica, servida en la playa, entre el rumor de las olas, violines y fuegos pirotécnicos. El menú gourmet fue la cerecita en el pastel. Sólo faltaba que Javo sacara del bolsillo de su guayabera un anillo de compromiso, pero el que fuéramos dos chicas en la mesa lo ponía en aprietos.

SERVICIO EXPRESS Un mesero para todos... que era sólo yo.

DATE BAÑOS DE PUEBLO

A la mañana siguiente, llegó la hora de alberquear. La piscina, con jacuzzi en un lado y un Buda en el otro, era toda mía. Me zambullí y no sentí el cloro en la garganta. El agua estaba tratada con sal. Nada de ojos rojos, ni pelo reseco. Otro punto a favor de mi conciencia ecológica y sustentable.

Para seguir en el mood flojonazo, nos sometimos al temascal y luego a los respectivos masajes relajantes a ritmo de jazz —agradecimos la ausencia de Enya en el
soundtrack del hotel—. La conexión inalámbrica a internet ayudó a calmar mis ansias
del aislamiento total.
 
Por la tarde, la culpa de mantenernos inmóviles nos atacó y decidimos visitar al
famoso Beto Godoy. Nos trepamos —casi a escondidas de los dueños del hotel— en
unas cuatrimotos altamente contaminantes y en 15 minutos estuvimos en el mejor local de La Barra.
 
—Aquí vienen los artistas, —dijo mi chofer de 12 años, morenazo de fuego, pelito decolorado, descalzo y con una pancha considerable, mientras nos dejaba
entre familias con bebés llorando, turistas noruegos tratando de negociar cadenitas de plata y parejitas locales en romance a ritmo de trío grupero. Agradecimos la recomendación y nos sentimos de nuevo en Acapulco. Tras escoger el pescado directito
de la pileta, comimos el mejor huachinango a la talla de los alrededores, camarones enchilados y grandes tortillas hechas a mano. Cheleamos. Eso sí, en cuanto los mosquitos atacaron, volvimos a nuestro paraíso terrenal privado.

FAMOSÍSIMO Garantía de buen pescado.

EASY TIPS:

¿Qué meter en la maleta?
Protector solar ecológico, una novela de no menos de
500 páginas... ¡y un novio!

¿Cuánto dinero te gastas en un fin?
Avión+Hotel+Gastos: $7000 (por persona aprox.)

Actividad obligada:
Romancear, prueba también el vuelo en bimotor con el gerente del hotel o un paseo en bicicleta por la playa de-sier-ta.

¿Dónde comer?
Pescado a la talla con Beto Godoy ($200). Carretera Acapulco-Pinotepa Km 32. (744) 444 6031. Wi-Fi y tatuajes gratis.

Hotel Casa Yal'ma Ka'an. Can. a Baña Vieja km 29.5 Acapulco, Gro. (744) 444 6389. www.casayalmakaan.com  Noche para 2 personas: $2960.

¿Cómo llegar?
Vuelo a Acapulco: $3,100 y taxi a Barra Vieja ($290)