Yucatán donde el amor y cultura se reúnen
E1 sureste mexicano es un espacio de naturaleza asombrosa.
La belleza de sus paisajes, como son los cenotes de aguas cristalinas color turquesa, las grutas y los ríos subterráneos, sólo la supera la riqueza de su cultura e historia. El estado de Yucatán ha sabido combinar estos atractivos provenientes del pasado —el legado de la cultura maya y de la Colonia— con la época actual, para ofrecer a los visitantes experiencias que no se olvidan y que sólo ahí se encuentran.Todos los intereses que mueven a un viajero los podrá encontrar en esta parte de México. Para los enamorados, el estado ofrece una mezcla de aventura, naturaleza, arqueología, gastronomía, así como hoteles únicos y muy íntimos que dejarán recuerdos indelebles.
Mérida y otras ciudades
Conocida como la Ciudad Blanca, la capital yucateca remonta su existencia a 1542, año de su fundación. El famoso Paseo de Montejo —llamado así en honor de su fundador—, esa avenida amplia y arbolada, aparador de la opulencia henequenera del siglo XIX y primera mitad del XX, y el centro histórico, con sus edificios antiguos, plazas y jardines, la visita a Mérida deja una sensación de encanto y asombro. En el centro, la tradicional trova yucateca y el bolero, así como el baile del danzón y las sillas "tú y yo", revisten el ambiente de alegría y romanticismo. De día y de noche, los espacios para deleitarse no se agotan.
Aunque Mérida puede ser una base para visitar los alrededores, siempre habrá en las afueras otra ciudad o alguna hacienda donde hospedarse, para disfrutar de otros intereses.
Ciudades con Encanto
Dos ciudades destacan por su belleza. Izamal encanta por la limpieza de sus calles, el amarillo y blanco de sus paredes, y el horizonte maya, colonial y actual que ofrece a sus visitantes. Las piedras que formaron un centro ceremonial maya ahora sostienen edificios del siglo XVI, como el convento San Antonio de Padua. Sus colores pintan de alegría los paseos de sus visitantes.
Valladolid es el nombre de la antigua ciudad maya de Zací, construida alrededor de un cenote. Además de los conventos del lugar y de su ubicación ideal, cercana a las zonas arqueológicas Ek' Balam y a la imponente Chichén Itzá, esta pequeña ciudad es famosa por su cocina, aspecto único y uno de los pilares de la gastronomía mexicana.
Las Haciendas
Surgidas a mitad del siglo XIX, las haciendas fueron producto del llamado oro verde, esa fibra que haría famosa a la región y que la convertiría en un lugar de riqueza que se reflejó en las construcciones señoriales de los henequeneros. Con la invención de las fibras sintéticas estas inmensas casonas, de techos altos, pisos coloridos de mosaicos, pasillos frescos y jardines exuberantes, quedaron abandonadas. Para fortuna del turismo, ahora son hoteles, paradores, spas, restaurantes y museos. Y espacios donde el amor encuentra un paraje perfecto para el reposo y la renovación.