No lejos de Mazunte se localiza la Ventanilla, una diminuta comunidad que se encuentra protegida por un manglar repleto de cocodrilos y una playa donde acuden las tortugas a desovar. Durante mucho tiempo los habitantes de la comunidad se dedicaron a la comercialización de huevos de tortuga y piel de cocodrilo, realizando una excesiva explotación.

Cuando el daño que se estaba realizando al entorno natural se hizo patente y los lugareños se dieron cuenta de las afectaciones que estaban ocasionando, buscaron recuperar parte de ese patrimonio silvestre administrándolo con más inteligencia. Eso hizo resurgir a a Ventanilla como paraíso ecoturístico, un santuario de pureza costera en el litoral oaxaqueño.

Precisamente en esta costa que da al océano pacífico aparece la Ventanilla, una formación geológica que se fue formando con el paso de los siglos. Precisamente esta obra de arte natural inspiró el nombre de toda la comunidad. La referencia turística principal en el entorno de la Ventanilla es Puerto Ángel, el cual se encuentra a unos 14 kilómetros de distancia.

La Ventanilla es una comunidad integrada por aproximadamente 25 familias todas ellas dedicadas a preservar la pureza silvestre de los manglares de la zona y la biodiversidad que los habita. En tales manglares abundan distintas variedades de reptiles y aves, como por ejemplo el martín pescador, el pájaro carpintero, el pato buzo y una gran variedad de iguanas, cocodrilos y otros muchos animales. Varias de estas especies se encuentran en riesgo de extinción.

En las lagunas de la Ventanilla, donde se desarrollan los manglares, pueden hallarse distintas clases de microorganismos que de los que se alimentan delfines, peces y tortugas cuando las barras se abren, es decir, cuando el mar se une con la laguna en temporada de lluvias. Para disfrutar a plenitud de la riqueza ecoturística de la Ventanilla, lo mejor son los paseos en lancha. En ellos se puede admirar a plenitud la vida silvestre particular de los pantanosos manglares, criaturas que deambulan libremente por el área en un espectáculo natural incomparable.

No menos interesantes resultan, en especial para los aficionados al turismo de naturaleza, las visitas al criadero de cocodrilos que existe en la zona, donde se protegen a los reptiles recién nacidos hasta que finalmente son liberados, una vez que son capaces de defenderse por su cuenta del demandante entorno donde habitan.

La Ventanilla cuenta con una laguna donde los cocodrilos deambulan libremente. Se trata de un área de manglares de aproximadamente 30 hectáreas, la cual se alimenta con las aguas de la laguna Chacahuila y tiene dos clases de manglares: el rojo y el blanco.

Cotidianamente se ofrecen recorridos en lanchas sin motor -para no alterar la fauna y la flora de la zona- , que resultan por demás divertidos e interesantes para el turismo. Los veraneantes que acuden a estos rincones oaxaqueños tienen una ocasión inmejorable para contemplar aves variadas, en especial diferentes variedades de garza, como la blanca, verde, ganadera, real, etc.

Por lo que se refiere a los cocodrilos, se les puede ver tomando el sol, nadando de un lado a otro y cazando a las garzas que allí anidan. En la población operan dos cooperativas que efectúan el recorrido, el cual va a la laguna o al criadero donde se pueden observar las distintas etapas del crecimiento de los cocodrilos. De la misma manera hay muchas iguanas, lo cual es también interesante para los turistas aficionados a contemplar la naturaleza y las criaturas silvestres que la habitan.