10 destinos para vivir experiencias saludables

¿No te gustaría viajar a un lugar en donde tu única preocupación sea hacer ejercicio, relajarte o descansar en contacto directo con la naturaleza para recuperar las energías? ¡Aquí diez ideas!

1. Tecate, Baja California

Este pueblo cervecero en la frontera con Estados Unidos ha logrado conservar su identidad, adoptando al mismo tiempo una vibra californiana relajada. Fue nombrado Pueblo Mágico, y además de los típicos atributos de un pueblo mexicano -un ritmo de vida acompasado; una alameda central con quiosco y barandillas (Parque Hidalgo); buen pan y excelentes artesanos- tiene algunas opciones muy saludables, como retiros de yoga, restaurantes de comida orgánica, y varios spas: el del Rancho Santa Verónica (ranchosantaveronica.com) ofrece tratamientos envolventes y un baño de cerveza; mientras que el de Los Chabacanos (rancholoschabacanos.com) es famoso localmente por su temazcal. Rancho La Puerta, por su parte, es un hotel de lujo enfocado al bienestar integral, de modo que tiene clases de yoga, pilates, cocina, programas de nutrición y expediciones por los alrededores.



Esenciales:

Visitar el Parque Eólico de la Rumorosa para aprender más sobre energías renovables y disfrutar el paisaje (a unos 50 km, en dirección este).

Probar el afamado pan de Tecate. Una opción es la panadería El Mejor Pan de Tecate, con 180 creaciones distintas. También puedes comer en el restaurante El Lugar de Nos, entusiasta promotor de la gastronomía local.

Duerme tranquilo en:
-*Rancho La Puerta
-*rancholapuerta.com

Rancho Tecate
-*ranchotecate.mx

Cómo llegar:
-*Desde Tijuana son 45 km. Tomar la carretera federal 2 Tijuana-Tecate en dirección este.

2. La Paz, Baja California Sur

Poco a poco, esta ciudad costera ha ido forjando una interesante cultura turística... y deportiva; no por nada el pasado mes de marzo organizó su primer triatlón, aprovechando sus kilómetros de malecón y las deliciosas aguas del Mar de Cortés. Después de hacer bici de ruta para explorar pequeñas playas como Balandra o trotar con vista al mar, puedes relajarte en el lujoso spa de Costa Baja, con faciales de caviar, tratamientos de sales marinas y un exótico envoltorio de café verde.

Un plan más movido es hacer una expedición a la reserva de la biosfera Sierra La Laguna con ayuda de algún operador local (bajachallengetours.com). Esta sierra tiene infinidad de especies de cactáceas en las partes más bajas, y otras especies menos desérticas en las cumbres, que suben hasta los 800 msnm. El reto es llegar a refrescarse a las pozas naturales que se encuentran en las secciones más altas de la reserva.



3. Chichén Itzá, Yucatán

Nada se compara con nadar temprano en las aguas siempre frescas de un cenote. Entre los más cercanos a Chichén están Ik-Kil, también llamado Cenote Azul (5 km); y el menos conocido Yokdzonot (a 18 km), proyecto de la CDI liderado por mujeres indígenas de la zona. Te sugerimos llegar tan pronto abran y, de ser posible, visitarlo entre semana, para que tengas el cenote solo para ti. Después puedes unirte a un recorrido ecológico por la selva baja yucateca para conocer más cenotes y antiguas haciendas o conventos.

En la tarde experimenta los tratamientos del spa Yaxkin (yaxkinspa.com), dentro del hotel Hacienda Chichén, un auténtico centro curativo basado en los conocimientos mayas de la herbolaria y la sanación, dirigido por especialistas de la Universidad Internacional de Ciencia y Tecnología Maya. Si lo prefieres, el spa del hotel Oka’an (hotelokaan.com), está concebido como una clínica con la más moderna tecnología, por lo que en él encontrarás desde cápsulas sanadoras hasta tinas de ozonoterapia. ¡Por poco se te olvidará que aún te falta visitar la zona arqueológica!



4. Capulálpam, Oaxaca

En la Sierra Norte de Oaxaca, al noreste de la capital, este pueblo zapoteca ha logrado crear un proyecto turístico muy valioso, basado en el respeto al bosque circundante y a su riqueza indígena. Además de disfrutar la arquitectura colonial del pueblo (el Templo de San Mateo, dedicado al santo patrono, tiene cuatro siglos) es indispensable hacer al menos una caminata para descubrir impresionantes miradores en compañía de guías locales, o conocer el Centro Recreativo Los Molinos y subirse a la tirolesa que cruza el río.

Adicionalmente, es esencial pasar por el Centro de Medicina Indígena Tradicional respaldado por la Secretaría de Salud, donde los médicos locales más reconocidos realizan limpias y masajes curativos, y recetan medicamentos basados en hierbas para sanar todo tipo de males del cuerpo... y también del alma.



5. Valle de Bravo, Estado de México

Pocos lugares del país tienen tantas opciones para hacer deporte como Valle de Bravo, que permite practicar desde esquí acuático en la presa, hasta yoga. Además tiene servicios de todo tipo, que van de grandes hoteles-spa a pequeños alojamientos ecológicos en el bosque. Si la bici de ruta es lo tuyo, lánzate en grupo a explorar algunas carreteras estatales (si necesitas compañía o información sobre rutas, pídela en pablosbikes.com).

También te sugerimos descubrir el lado espiritual de Valle, visitando alguna de las dos estupas budistas -una en Cerro Gordo, otra en Acatitlán- para meditar un rato y disfrutar de la naturaleza, o la Casa de Oración Maranathá, de los Carmelitas Descalzos. Además encontrarás un spa muy completo en el Club de Golf Avándaro (hotelavandaro.com.mx); y en El Santuario está Temazkalli, un proyecto de temazcales bastante bien puesto (elsantuario.com).



6. Sayulita, Nayarit

Si te gusta hacer yoga, Sayulita es un gran destino para pasar unas vacaciones saludables. Aunque surgió en torno al surf, hoy varios hoteles tienen shalas de yoga con vista a la jungla o al mar (y clases constantes con algunos de los mejores instructores del continente). Haramara Retreat, por ejemplo, un hotelito dedicado a los retiros de yoga, es una de las opciones más serias en cuanto a la práctica de esta legendaria disciplina, con espacios muy bien acondicionados. Si el yoga no es lo tuyo, no te alarmes.

Aquí podrás practicar desde bicicleta (muchos hoteles las rentan o prestan) hasta surf y paddle board. Si prefieres mucha naturaleza, las siempre vírgenes Islas Marietas son una escapada perfecta para una mañana. Además los spas de sus hoteles siguen mejorando, sin perder su ambiente de destino pequeño, rústico y bohemio.



7. Ciudad de México

¿Saludable el DF? Seguro pensarás «hmmm... » Pero como la capital cosmopolita que es, en sus calles encontrarás las opciones más rejuvenecedoras, entre las que están algunos de los mejores spas del país. Estos solían concentrarse en la zona hotelera de Reforma centro, pero hoy han surgido nuevas propuestas en toda la ciudad, con excelentes spas en zonas como Santa Fe o Interlomas.

Entre los clásicos de siempre está el Spa Marquis del Marquis Reforma (marquisreforma. com), con un menú muy completo que incluye terapias holísticas; no olvides empezar tu ritual en la regadera suiza. Sobre avenida Juárez encontrarás el Hilton, cuyo Spa Alameda tiene vista precisamente a la Alameda y al Palacio de Bellas Artes. Entre sus rituales más completos está la Ceremonia Spa, que purifica la piel con hierbas prehispánicas e incluso mezcal.



8. Cobá, Quintana Roo

Turísticamente hablando, durante mucho tiempo la zona arqueológica de Cobá estuvo a la sombra de Tulum; sin embargo, en tiempos prehispánicos fue una ciudad más poderosa, como lo atestigua la pirámide de Nohoch Mul, la más alta de la península de Yucatán con 42 metros de altura así como la inmensa red de sacbés, o caminos blancos, que rodea la zona.

Hoy Cobá es una visita muy popular y además de la zona arqueológica, el lugar es perfecto para deleitarse con los encantos de la cultura maya viva. En el camino se aprecian pequeñas aldeas con casas tradicionales mayas, y muy cerca de la zona arqueológica se ubica el centro de sanación tradicional Casa Itzamná.



9. Tepoztlán, Morelos

Tepoz es, quizá, el destino de sanación más legendario de México. Casi todos sus hoteles tienen spas en forma o, cuando menos, un temazcal. Además, con la gran energía del cerro del Tepozteco y el sabor indígena del pueblo, siempre resulta una buena escapada, perfecta para fin de semana... o incluso para quedarse unos días más.

Tras ejercitarte subiendo a la Pirámide del Tepozteco construida por los antiguos pobladores xochimilcas, y dedicada a la fertilidad y al viento, echa un vistazo al Templo y Ex convento de Nuestra Señora de la Natividad y refréscate un poco entre sus muros de piedra construidos en el siglo xvi.



10. Región Huasteca, San Luis Potosí

Lo cierto es que no hay nada tan saludable y renovador como disfrutar la naturaleza. En la Sierra Madre Oriental, la Huasteca tiene las selvas más septentrionales del continente americano, y está atravesada por varios ríos que forman algunas de las cascadas más hermosas de México.

Usando como base Ciudad Valles, puedes explorar la cascada de Tamul, a la que se accede en lancha (o en canoa) desde Tanchichín por el río Tampaón; puedes nadar un rato en las cascadas de Tamasopo, que son de más fácil acceso; o saltar en las cascadas de Micos con ayuda de algún prestador de servicios (pide informes con los apasionados guías de huaxteca.com), entre algunas otras. No faltan, por supuesto, actividades de más adrenalina (pero como en esta ocasión nos toca hablar de viajes saludables, evitaremos el infarto al miocardio que a ciertas personas nos provocan el rafting y el rapel).



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