La observación de cetáceos, es una práctica ecoturística que consiste en el avistamiento de ballenas y otros mamíferos marinos en su ambiente natural.
Las ballenas por lo general son contemplados para fines de recreación, pero también puede ser por motivos científicos o pedagógicos. En muchos sentidos es una actividad recreativa muy similar al avistamiento de aves. Las dimensiones y rápido desarrollo de la industria ballenera, han derivado en arduos debates entre quienes las contemplan y protegen y entre los industriales dedicados a explotarlas como un recurso natural más. Los cetáceos incluyen animales como marsopas, delfines y ballenas, y dentro de estos seres aparecen algunos de los más grandes que han aparecido sobre la faz de la tierra.
Cuando se habla de cetáceos no se refiere uno a peces, sino a animales mamíferos, que amamantan a sus crías, respiran aire y poseen sangre caliente. De las más de setenta especies de estas criaturas que existen, hallamos ejemplares que superan los treinta metros, como es el caso de la ballena azul, y hasta la 'pequeña' vaquita, que no mide más de 1.5 metros. Una de las especies de ballenas que más se avistan en las playas de América, son las ballenas jorobaras, la cual, como especie, es la quinta más grande de todas. Aparece en distintos porcentajes, en todos los océanos del mundo. Las crías de jorobadas tienen un peso, al nacer, de 1.5 toneladas, con un tamaño que va de los 4 a los 5 metros de longitud. Y mientras los machos pueden alcanzar los 15 metros, las hembras suelen ser aún más grandes y superar los 17 metros. Además, las ballenas jorobadas pueden vivir en promedio, más de 40 años.
Algunas recomendaciones para el avistamiento de ballenas en las playas de América, son las siguientes: se debe minimizar en la medida de lo posible, la velocidad de las lanchas o barcos que uno utilice para avistar a estos cetáceos; además, es importante, no alterar su hábitat; hay que minimizar los ruidos, evitar los giros bruscos y no acosar, o interrumpir las dinámicas naturales de las ballenas. Tampoco es recomendable la natación con delfines. Esta última indicación genera gran polémica, en especial en las playas del Caribe, donde se ha transformado en una de las prácticas ecoturísticas más gustadas. Entre menos se importune a las ballenas, afectando su medio ambiente natural, el avistamiento que se tenga de ellas será menos dañino y más disfrutable.