No puedes hablar.
No puedes comer. No puedes jugar a las cartas. No puedes tumbarte en una hamaca a leer un libro. No puedes hacer ninguna de esas cosas que a la mayoría de las personas les gusta hacer durante sus vacaciones, y sin embargo eres feliz. Muy feliz: estás buceando en Zanzíbar, Tanzania. Y aunque no hubieras hecho el safari por el Serengueti y por el Ngorongoro, simplemente estar debajo del agua contemplando la vida submarina de Zanzíbar ya hubiera justificado el viaje'
El día ha comenzado bien, con la visión de la playa desde la que tu barco ha salido rumbo a la zona de buceo'
Zanzíbar
' pero lo que tienes ahora ante ti supera todas tus expectativas:
Mientras te dejas llevar por la corriente van pasando delante de ti jardines de coral, peces payaso, peces león, anémonas de colores, morenas, tortugas marinas y estrellas de mar, multitud de peces que no sabes identificar, y ese azul, el azul del agua de Zanzíbar, maravilloso e incisivo, refrescante y tonificador, un azul que te hace desear tener branquias para no tener que salir nunca del mar.
Y por si no fuera suficiente el placer que ya has experimentado, al salir del agua para hacer el descanso entre inmersión e inmersión, no es raro ser visitado por delfines que, curiosos, se acercan a escasos metros de la barca. Qué placer, qué felicidad' bucear en Zanzíbar 'bien vale un viaje'.
Viajar a Zanzíbar
Todo viaje a Tanzania (Tanganika + Zanzibar = Tanzania) debería incluir unos días en Zanzibar. Las playas, la cultura y el buceo de Zanzíbar son el complemento perfecto al safari, actividad por la que la mayoría de las personas eligen pasar sus vacaciones en Tanzania. En Zanzíbar uno puede visitar Stone Town, la 'ciudad de piedra', y deleitarse con el mercadillo nocturno, donde por muy poco dinero puedes comer todo tipo de mariscos y peces recién sacados del mar. Además, Zanzibar ofrece al viajero animales (es el único lugar del mundo donde se pueden ver los monos 'colobus rojos'), visitas a las plantaciones de especias (es uno de los principales productores mundiales) y, por supuesto, buceo de primera calidad. Todo esto, claro, para el que una hamaca, un cielo azul, una playa de arena blanca y un libro no sean suficiente razón para viajar a un lugar.
Como siempre, un viaje a Zanzibar se puede hacer por libre o en un paquete organizado. Dadas las características de Tanzania, apuntarse a un viaje organizado no es algo exlcusivo para 'comodones', sino que incluso los que están acostumbrados a viajar por libre agradecerán tener un esquema de viaje más o menos prefijado. En cualquier caso, incluso el más aventurero tendrá que buscar algún tipo de tour organizado para entrar en los parques nacionales, ya que no se permite la entrada por libre. En Zanzíbar si que hay más libertad, pero si el objetivo es descansar y bucear, a veces meterse en un resort es la opción más económica y cómoda.
Aunque uno no haya buceado nunca, en Zanzibar hay multitud de centros de buceo donde sacarse el PADI. En 2-3 días uno puede sacarse el título más básico, y en 5-7 días puedes conseguir el carnet que te permitirá bucear en cualquier lugar del mundo.
Zanzíbar son numerosos islotes y dos islas grandes: la mayor (Zanzíbar o Unguja) y la menos desarrollada pero mejor para bucear (Pemba). Junto con la Isla Mafia, las tres islas se conocen como 'las islas de las especias', ya que son uno de los principales productores mundiales de especias, principalmente de 'clavo'.